Entiendo que tras la multa de Competencia a la industria láctea lo que ha imperado en gran medida es el sentido común, pero no deja de asombrarme que, a la vez que todos los afectados aplauden la decisión, a la vez se tientan los machos porque temen que a la postre la van a tener que pagar ellos mismos… otra vez. Incluso la ministra ha dejado claro que le preocupa la sanción por la “viabilidad” de las propias empresas. Teniendo en cuenta de que se han forrado manipulando los precios (según el informe de la CNMC unos 800 millones), pensar que ahora que van a tener problemas económicos porque tengan que devolver una parte mínima de lo que supuestamente ganaron de forma ilegal es cuanto menos sorprendente. O no, si, como me meto y temen todos, al final la industria, como la banca (la del Casino; bueno y la otra), siempre gana, y la ministra esté convencida de que al final se la cobrarán en especies, es decir en forma de leche (buena en calidad, mala en ética).
Y es que no deja de ser absurdo. Se supone, aunque lo tendrán que decidir al final los tribunales (porque en este país, todo lo deciden los tribunales… porque es la mejor forma de alargar los problemas y las soluciones), que ha habido una ilegalidad y en vez de alegrarse todo el mundo porque se ha detectado y descubierto, se crea una psicosis de miedo por lo que pueda pasar. Dicen los ganaderos que esta multa va servir para quela industria “aprenda” que no todo está permitido. Sin embargo, a la vez envían un mensaje de preocupación por las consecuencias. Vamos, que muchos no saben si es mejor que les roben como siempre o que se descubra el robo, porque temen que ahora les vayan a ‘robar’ más.
Al final, va a resultar que la multa de Competencia va acabar siendo ‘desleal’ con el sector, porque a quién se le ocurre molestar a la industria. Con lo ocupados que están ahora mismo reuniéndose para cerrar las alegaciones y, quién sabe, de paso, ver cómo pueden recuperar el dinero que todavía no han pagado.
Y un aviso final a los que reclaman que el dinero de la multa revierta a los propios ganaderos: Hay más posibilidades que Barcenas (o cualquier otro) devuelva el dinero que tiene en Suiza que posibilidades de que vean un euro de la multa. Santa Rita, Rita, en este negocio, lo que se quita… se quita.