El Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la asociación que integra a los principales operadores privados, exportadores pero también importadores del país, desmiente que durante diciembre y enero se hayan mantenido en los lineales de los supermercados o hipermercados españoles, más que si acaso, residualmente, cítricos importados de Sudáfrica o de cualquier otra procedencia del hemisferio sur.
El CGC sale así al paso de las informaciones difundidas durante estas últimas semanas por parte de La Unión de Llauradors que apuntaban a DIA y que, «si bien partían de un interés legítimo y de una información cierta, se basan en errores ajenos en el marcado sobre la procedencia de la fruta».
Asimismo el CGC, destaca que «estas infracciones, cuando son cometidas con la campaña tan avanzada, no sólo dañan la reputación de las distribuidoras que las cometen sino que también siembran la duda sobre los proveedores que las abastecen al proyectar la falsa idea de que se está adquiriendo a miles de kilómetros fruta foránea mientras se rechaza la fruta más fresca que pudiera cultivarse a escasa distancia del propio punto de venta, negándole aparentemente al consumidor la oportunidad de adquirir fruta más fresca».
Lamentan que, pese a la advertencia, algunas empresas no rectificaran el etiquetado agravando el problema
Tras investigar todos los casos denunciados y tras sondear la situación con responsables de compras de las cadenas de distribución, el CGC ha podido contrastar que tales infracciones en cuanto a la información transmitida al consumidor han sido recurrentes y que se ha producido una reacción dispar para tratar de corregirlas: ha habido importantes enseñas que -tras las denuncias- sí han ordenado revisar la situación pero ha habido otras que, muy al contrario, se han reiterado en su error.
«No es la primera ocasión que tal cosa sucede, es más, las incorrecciones acerca de la procedencia en los lineales de las naranjas o mandarinas vendidas a granel se repiten en los supermercados e hipermercados de las propias zonas productoras y se agravan si cabe más cuanto más lejos se sitúan de éstas. La situación se repite año tras año: las pizarras con las que el comprador se informa no se actualizan correctamente más que en el precio, con lo que el producto así expuesto se devalúa y maltrata al no revisar otras cuestiones claves, relevantes para el consumidor y de obligada información, como la procedencia, la variedad o incluso la categoría comercial»., señala el Comité de Gestión de Cítricos.
En este sentido, el CGC quiere trasladar a la opinión pública el sinsentido que supondría que, una vez comenzada la campaña local, los operadores citrícolas españoles siguieran ofertando fruta foránea. «De ninguna manera tal cosa sería posible, ni siquiera rentable para sus asociados, que deben su negocio a los citricultores españoles y que tratan de ofrecer siempre la fruta en las mejores condiciones de frescura y calidad».
Dada la gravedad del asunto, el Comité de Gestión de Cítricos quiere trasladar el problema a la Mesa de la Cadena Agroalimentaria, donde están presentes las patronales de la gran distribución, ASEDAS, ACES y ANGED.