Aunque no sea la solución inmediata, sí es un primer paso. Personas mayores y profesionales sanitarios de todo el país han dado este domingo el pistoletazo de salida a la campaña de vacunación contra la covid-19, un punto de inflexión en la pandemia, a la que, sin embargo, aún le quedan largos meses por delante. Y en esos meses, sobre marzo, Luis Planas será de los primeros en recibir esta vacuna, pero no por ser ministro, sino porque tiene 67 años y le corresponderá ponerse la inyección por edad.
De hecho, en el Gobierno español han preferido cumplir a rajatabla la estrategia fijada con las CC AA y priorizar a los colectivos vulnerables, antes que servir como ejemplo para la población. Esto, a pesar de que el propio presidente del Gobierno se mostró recientemente dispuesto «sin ninguna duda» a vacunarse públicamente, en la línea de lo anunciado por otros líderes mundiales, aunque «no como presidente, sino como ciudadano» para demostrar la plena garantía que suponen las vacunas.
En función de este calendario, a los integrantes del Ejecutivo no les tocaría recibir su dosis hasta, al menos, el mes de marzo, cuando comenzaría –según las previsiones– la segunda fase del plan estratégico, que se dilatará hasta junio. En este caso, serían los mayores de 64 años, quienes accederían en un primer término a las dosis y cuatro son los ministros que cumplen este requisito generacional: el titular de Universidades, Manuel Castells, de 78 años; la de Educación, Isabel Celaá, de 71; el de Agricultura, Luis Planas, de 67, y la de Defensa, Margarita Robles, de 64 años.
NO HABRÁ CAMBIOS Y EL SECTOR AGRARIO NO SE CONSIDERARÁ ESENCIAL PARA ADELANTAR LA VACUNACIÓN
Respecto al sector agrario, no habrá cambios y ya se ha decidido que no se le considerará esencial para adelantar la vacunación. Por eso, se irá vacunando en función de la edad de cada agricultor y ganadero, al margen de la actividad que realicen.
Como se recordará, COAG Castilla y León había pedido a las autoridades sanitarias que los agricultores y ganaderos sean también incluidos en el grupo de trabajadores esenciales..
La organización agraria recordaba que los campesinos no pararon ni un segundo en su labor de proveer de alimentos a toda la población española que permaneció en sus casas para eludir los contactos sociales y luchar así contra el coronavirus.