Aguilera ha señalado que, al igual que ocurre con el restaurante, se seleccionarán cabritos con no más de 30 días de vida, alimentados únicamente con la leche de sus madres, de los que una vez sacrificados, se obtendrán entre 4 y 4,5 kilos de carne.

El chivo lechal se prepara en un horno de leña, principalmente de olivo, con aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta y ajo, y se cocina durante tres horas y media.

"La diferencia está en que cuando terminamos, en lugar de pasarlo al plato como hacemos en el restaurante, lo metemos en una bolsa de vacío", ha indicado Aguilera, que ha asegurado que este proceso garantiza el mantenimiento de los valores nutricionales y el sabor como recién cocinado.

El chivo se introduce en la bolsa de vacío a una temperatura de 200 grados, lo que da lugar a que no necesite ningún tipo de conservante ni aditivo, y posteriormente se refrigera y puede mantenerse así durante sesenta días.

"Así conseguimos un producto ecológico de quinta gama que sólo requiere de cuatro minutos de microondas para poder disfrutar del asado", ha precisado Aguilera, que ha añadido que se comercializará en un único formato de estuche de medio chivo, partido en dos cuartos, y destinado a ser consumido por cuatro personas.

Ha puntualizado que la diferencia con respecto a otros productos de quinta gama es que éstos se cocinan dentro de la bolsa de vacío, mientras que en el caso de Chivo de Canillas es todo artesanal.

El objetivo de la empresa es suministrar su elaboración en tiendas "delicatessen" españolas y del conjunto de Europa, y en este sentido, la firma está cerrando acuerdos con distribuidores para vender en Bélgica, Holanda, Luxemburgo o Dinamarca.

Aguilera ha resaltado que esta iniciativa contribuirá al desarrollo de la actividad ganadera en Canillas de Aceituno, ya que la fuente de abastecimiento de la empresa son los rebaños cercanos al Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.

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