En este trabajo, se analizó la dieta de las mujeres al inicio del estudio, mediante un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos en el que se incluían preguntas específicas relativas al consumo de pan y otros cereales, incluyendo el tipo (blanco o integral) y se clasificó a las participantes en función de que el consumo total de cereales integrales fuera nulo, inferior a 0,5 raciones/día, de 0,5-1 raciones/día, de 1-1,5 raciones/día, de 1,5-2 raciones/día, o de 2 ó más raciones/día. Además, durante el tiempo de seguimiento, se realizó una sesión anual, en la que se preguntó a las mujeres si habían sido diagnosticadas de nuevo de diabetes de tipo 2. La tasa de incidencia de diabetes de tipo 2 en el colectivo estudiado, fue de 63 por cada 10.000 personas/año.

   El consumo de cereales integrales entre las participantes en el trabajo fue, en general, escaso, con una media de 1,1 raciones/día. Las mujeres con mayores consumos de cereales integrales presentaron un menor riesgo de padecer diabetes de tipo 2, después de eliminar la influencia de múltiples variables de confusión tanto dietéticas (consumo de frutas, verduras, lácteos, alcohol, etc.) como no dietéticas (práctica de ejercicio físico, historia familiar de diabetes, etc.).

   Además, según han señalado los autores del trabajo, el menor riesgo de padecer diabetes de tipo 2, se observó, incluso, con consumos relativamente bajos de cereales integrales, como una ración/día y fue dosis dependiente, de manera que a medida que se incrementaba el consumo de estos alimentos disminuía el riesgo de sufrir la enfermedad.

   La campaña ‘Pan cada día’, con la divulgación de este estudio, quiere mostrar los beneficios del consumo de pan integral, ya que como muestran las conclusiones, combinado con dieta sana y ejercicio físico puede prevenir este tipo de enfermedad.
 

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