La Confederación de Asociaciones Vecinales y de Consumidores de la Comunidad Valenciana (CAVE-COVA) ha recordado, ante el anuncio por parte de la Consellería de Medio Ambiente de la quema «restringida» de la paja de arroz en L’Albufera, que esta práctica está prohibida por la Unión Europea (UE).
En un comunicado, vecinos y consumidores han resaltado que en 2001 el Ayuntamiento de Valencia presentó un proyecto, financiado en un 45% por la Unión Europea, para evitar la quema de la paja del arroz que, durante los meses de septiembre y octubre, supone, a su entender, un grave problema de contaminación medioambiental.
Dicho proyecto, de 410 millones de euros, incluía el diseño y puesta en marcha de una planta para el compostaje de lodos y paja de arroz con el doble objetivo de evitar la quema y producir un biocompost rentable para los propios agricultores.
Además, han indicado que la UE prohibió taxativamente en 2008 la quema de estos residuos por su alto efecto contaminante y emplazó a las autoridades locales a adoptar soluciones.
El proyecto europeo LIFE, denominado SOSTRICE, permitió construir en las cercanías del Parque Natural de L’Albufera una planta capaz de convertir la paja del arroz en biocombustible y bionutrientes.
críticas a las administraciones y a las organizaciones agrarias por mantener esta práctica y retrasar las alternativas
Sin embargo, según CAVE-COVA hasta la fecha «sólo se ha constatado el incumplimiento reiterado e insistente de sus compromisos por parte del Ayuntamiento de Valencia, la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente, la Unió de Llauradors y la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA)».
«Año tras año, amparados en el argumento de que la prohibición genera un proceso de descomposición de la materia vegetal que acaba con el oxigeno existente del agua, provoca un hedor irrespirable y una mortandad considerable de peces y eleva las emisiones de gas metano, consiguen que se aprueben medidas extraordinarias y de emergencia que les permiten seguir quemando la paja del arroz a costa de la salud de la población», han agregado.
CAVE-COVA ha señalado que sólo aceptara esta medida «si cambia de inmediato la mentalidad de las comunidades de agricultores, los cuales, en su mayoría, se resisten a desarrollar soluciones con un menor impacto para el medio ambiente».
«También debe cambiar el enfoque de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente y el del propio Ayuntamiento de Valencia», a quienes exigen el «cumplimiento inmediato de sus compromisos con hechos, porque la justificación de ‘estamos trabajando para buscar soluciones y ponerlas en práctica el próximo otoño’ ya nos la conocemos».