Tras desvincular a Coca-Cola del ERE de Iberian Partners que afectará a 1.253 trabajadores, casi un tercio de la plantilla, y supondrá el cierre de las plantas de Asturias, Alicante, Madrid y Mallorca, De Quinto ha sostenido que esa decisión tiene "sentido empresarial" porque en España se han fusionado siete embotelladoras y, por tanto, no se pueden mantener siete departamentos de informática o de otro tipo.

    Ha reconocido que el impacto laboral "no le gusta a nadie", pero ha sostenido que el objetivo de constituir un embotellador único en España es crecer y expandirse fuera para competir y, por ello, no ha descartado que en el plazo de unos dos años este proyecto empiece a crear empleo.

    Aunque ha admitido que "le duelen los despidos en una empresa prima hermana de Coca-Cola", ha valorado la "generosidad y la sensibilidad" del embotellador único para "minimizar el impacto necesario de la fusión".

    Ha insistido en que este proceso responde a un cambio estructural y no se pueden mantener "sextuplicidades" de departamentos y ha reiterado que la empresa "lo está haciendo de la mejor manera posible" y, de hecho, ha destacado que está ofreciendo indemnizaciones por encima de las fijadas por la reforma laboral.

    Marcos de Quinto ha admitido que un ERE no ayuda a la imagen de la empresa americana Coca-Cola y, por eso, ha instado a las partes a "llegar a un acuerdo cuanto antes".

Reconoce que "de vez en cuando hay discrepancias" con la inspección fiscal


    Preguntado sobre si los embotelladores de Coca-Cola en España tienen abierta alguna inspección fiscal, De Quinto ha dicho que han cumplido sus obligaciones, aunque "de vez en cuando puede haber alguna discrepancia", y ha añadido que en los últimos cincuenta años han mantenido la misma forma de operar y han pasado todas las inspecciones.

    En relación a su conferencia, a puerta cerrada, el presidente de Coca-Cola España ha avanzado que defenderá que es el momento de "no dejarse inundar por el optimismo" sobre la situación económica sino "de pecar de prudencia", ya que, aunque los indicadores apuntan una mejoría "queda mucho tiempo para que se sienta en las familias y el empleo".

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