EFE.- Tras ser 2012 el año más lluvioso del siglo XXI, en 2013 la situación es completamente distinta, ya que hay un déficit de precipitaciones de entre un 50 y un 75 % en la práctica totalidad de las comarcas andaluzas, apuntan ambas organizaciones en un comunicado.

Precisan que la situación de los embalses es normal y la disponibilidad de agua está permitiendo el riego de los cultivos que no han recibido las precipitaciones necesarias durante el otoño.

Sin embargo, esto se traduce en un incremento de los costes de cultivo y, si la sequía continúa, en esta campaña habrá que cubrir gran parte de las demandas hídricas con agua de riego, con lo que el consumo energético será mayor, con una factura cercana a los 165 millones, mientras que en un año con las precipitaciones bien distribuidas y abundantes el coste sería de 120 millones.

Por tanto, si persiste la sequía, el sobrecoste por el consumo energético será de unos 45 millones.

Los sectores más afectados por la sequía son el olivar, los cereales, la ganadería o los cítricos.

Las organizaciones agrarias alertan de que, si persiste la sequía, peligra la producción de cereales, algo que tiene, además, consecuencias indirectas en los sectores ganaderos por la repercusión en el precio de las materias primas destinadas a alimentación animal.

La ausencia de pastos provoca un incremento de los costes de producción que «castiga a una actividad sometida a una brutal reconversión en los últimos años», han alertado.

Desde 2007 se ha reducido un 34 % la cabaña de ovino y un 20 % la de vacuno de carne y caprino y un sector emblemático como el porcino ibérico de bellota ha visto reducido el número de animales comercializados en un 65 % desde el año 2008.

En el caso del porcino ibérico, la ingestión de bellota sin suplemento de pastos y otros productos de la dehesa puede ocasionar problemas de engorde, con el consiguiente perjuicio económico.

Esta situación se produce en un momento en el que los costes en las explotaciones se han disparado por el incremento del precio de los piensos, más de un 30 % superiores respecto a hace cinco años.

Además, en esta campaña los ganaderos de amplias zonas de Andalucía deberán afrontar los costes derivados de la vacunación frente a la lengua azul, en concreto 750.000 animales.

Asimismo, la ausencia de precipitaciones está incrementando los costes de cultivo, ya que las elevadas temperaturas registradas en octubre y noviembre han hecho necesario incrementar el aporte hídrico.

La coyuntura de sequía se produce en un momento en que la renta agraria está en los mismos niveles de 2003 y en el que no han dejado de aumentar los consumos intermedios: fertilizantes, gasóleo agrícola, piensos y factura eléctrica, según el informe de COAG y UPA.

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