Si actualmente se necesitan unos 400-500 hm3 para regar el arroz porque hay que empujar el tapón salino, con el dragado la salinidad sería mayor y sería necesario utilizar más agua para poder garantizar un riego de calidad., ha asegurado.

    Miguel López ha recordado que hace años había un debate acerca del consumo de agua del regadío, de ahí que se iniciaran procesos de modernización que han supuesto un gran esfuerzo inversor para el sector (3.000 millones de euros, con amortizaciones anuales de 500M€ y deudas para 50 años), pero hay zonas no modernizadas, como el propio arroz pero también la zona de marismas de Los Palacios, Utrera…, "que no pueden quedar excluidas".

Se debe garantizar la calidad del agua antes que nada

"Para garantizar el sistema productivo tenemos que garantizar la calidad del agua, y eso no es posible si traemos el mar a Sevilla. No valoramos si el dragado es bueno o malo, pero sí hay que tenerlo en cuenta que traer el mar a Sevilla va a provocar un aumento de la salinidad en el río y en los acuíferos, y hay que poner en marcha medidas correctoras para que esto no sea un problema para el sistema productivo. No podemos olvidar que este río es la columna vertebral de Andalucía, y soporta hoy una Producción Final Agraria cuyo valor económico supera los 6.500 millones de euros. Esto significa pueblos vivos, empleo, agroindustria, gestión territorial, fijación de población… ", ha declarado López. 

    Una de las cuestiones esenciales es separar del río la gestión de la Cuenca, porque tras el dragado el río no serviría para gestionar el sistema de regadío de Andalucía. Esto pasa por modernizar todo el sistema, algo que puede tener un coste de unos 500 millones. "Hay que plantearse si están dispuestos a poner ese dinero. Porque si no, nos podemos cargar la economía de Andalucía", subraya el secretario general de COAG-A.

      Los principales cultivos de la Cuenca son arroz, olivar, algodón, tomate para industria, remolacha, cítricos, hortícolas al aire libre y extensivos, que ocupan más de 850.000 ha. Sólo el Sistema de Regulación General, que se vería directamente afectado por una posible subida de la salinidad, ocupa 448.115 ha y genera 10,5 millones de jornales.

Una situación de crisis dentro del sector agrario que no debe olvidarse

     Por último, Miguel López ha recordado que el sector agrario atraviesa una situación complicada, con costes de producción que se han disparado (especialmente, por el incremento de las tarifas eléctricas, con un sobrecoste de 166 millones), con deudas a 50 años por las inversiones realizadas y con precios que a menudo apenas cubren los costes de producción (el IPOD de septiembre señala un incremento medio del 500% del campo a la mesa), por lo que la renta agraria desciende. Las políticas comunitarias tampoco están orientadas a la defensa del sector, y cada vez existen menos mecanismos de gestión de los mercados.

     Andalucía tiene en la actividad agraria uno de los pilares de su economía (el otro es el turismo), y no puede permitirse que una actuación precipitada o interesada la ponga en riesgo. Por eso, COAG Andalucía reitera la necesidad de convocar con urgencia una mesa de encuentro, con las distintas administraciones y con todos los sectores implicados, para tener un debate real y objetivo, no movido por intereses políticos, y para evitar enfrentamientos absurdos que no llevan a ninguna parte.

     Así lo han manifestado, en un encuentro promovido por COAG Andalucía y celebrado en la Casa de la Provincia, con la presencia de la alcaldesa de Lebrija, Mª José Fernández; los alcaldes de Las Cabezas y El Cuervo, Francisco Toajas y Manuel González; el concejal de Agricultura de Utrera, Juan Bocanegra; el presidente de CREA, Isicio Cruz, y representantes de las cooperativas Las Marismas, Pinzón, Las Palmeras, Maribáñez y Agroquivir y de las comunidades de regantes BXII de Lebrija y Las Marismas de Los Palacios.  

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