EFE.- El secretario autonómico de la organización, Juan Moreno, ha indicado a Efe que esta situación tendrá «repercusiones» en la producción de aceite y en la rentabilidad que van a sacar los agricultores este año.
Así, pese a que la cosecha va a doblar a la del año pasado, se podrían perder 2.000 toneladas de aceite debido a la bajada de los rendimientos, pues la importante cantidad de aceituna no va a dar el producto esperado antes de noviembre.
Todo ello es especialmente preocupante si se tiene en cuenta que la rentabilidad del agricultor volverá a ser, otro año más, inferior a la esperada; pues no se cubren los costes de producción debido a los precios del aceite.
Juan Moreno ha recordado que los costes de producción en el olivo, según el Ministerio de Agricultura, se sitúan en los 2,49 euros/kilo; mientras que el precio del aceite está a poco más de 2 euros el kilo en la actualidad.
«El precio del mercado no cubre los costes de producción; si a ello le añadimos la pérdida en los rendimientos de cara al aceite, este año de buena producción no servirá para que el campo obtenga ingresos», ha indicado el máximo responsable de Coag Extremadura.
La bajada de los rendimientos viene dada por la ausencia de lluvias durante este otoño, pues «las pocas precipitaciones han llegado tarde»; y por las continuas heladas de los últimos días, las cuales hacen que la aceituna «pierda peso».
Ha recordado que mientras el año pasado se registraron durante esta estación más de 300 litros de lluvia por metro cuadrado; este 2013 no se ha llegado, a día de hoy, ni a la treintena.
Desde la organización agraria Coag en la comunidad se ha alertado además de que la ausencia de precipitaciones durante esta estación ha afectado ya también a la ganadería y a la siembra del cereal de invierno.
Juan Moreno ha mostrado la «preocupación» del campo ante la situación del cereal, pues muchas plantas no han nacido, y las que lo han hecho están creciendo «mal»; además, las perspectivas de precipitaciones «no son muy halagüeñas».
En la ganadería, «el año pasado había pasto en la dehesa y paja y heno en los pajares»; sin embargo, las existencias se están perdiendo ahora por la ausencia de lluvias.