EFE.- Las tormentas que se vienen sucediendo desde finales del año pasado están provocando no solo la ralentización de la recolección, sino también "una más que posible pérdida de gran parte del fruto que queda por recolectar", según la coordinadora.



La mayoría del fruto ha caído ya al suelo a causa del viento y se ha hincado en la tierra por efecto de las abundantes lluvias caídas durante los últimos dos meses, y según el secretario general de COAG-Jaén, Juan Luis Avila, "los agricultores están empezando ya a apreciar pérdidas de aceituna que es ya imposible recoger del suelo".



Además, el hecho de que la campaña se esté alargando tanto también repercute en la próxima cosecha, ya que el olivar experimenta un retraso en su desarrollo habitual. 

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