El comité científico constituido para luchar contra la plaga de la avispilla del castaño -presente en toda la Península en áreas donde los castañares son importantes- ha identificado 12 especies nativas que actúan como parasitoides.
Así figura en una respuesta escrita del Gobierno a sendas preguntas de los diputados socialistas Miguel Ángel Heredia y Victoria Begoña Tundidor sobre las medidas previstas ante la propagación de la avispilla del castaño o Dryocosmus kuriphilus y sobre la «consciencia que tiene el Gobierno de la rápida expansión de la plaga» y los daños económicos y medioambientales que genera.
El Gobierno advierte de que antes de realizar una liberación masiva DEL Torymus sinensi hay que «despejar incertidumbres»
Estos «parasitoides nativos podrían suponer una alternativa» a la introducción del Torymus sinensis (específico de la avispilla), que no deja de ser un «organismo de control biológico exótico» y que, si se libera al medio natural, puede «comportarse como amenaza para al menos 4 especies autóctonas de ‘Torymus’.
«Existe un riesgo potencial» y es recomendable -antes de realizar una liberación masiva- un «proyecto de investigación para despejar esta incertidumbre», añade.
Tras la creación de un grupo de expertos de avispillas en 2014, en el marco del Comité Fitosanitario Nacional, se redactó un plan de acción en el que se incluía, como elemento principal, la lucha biológica a través del Torymus sinensis, pero solo se han realizado sueltas controladas en las zonas afectadas.
Así, en otra respuesta también a Heredia y al disputado socialistas Felipe Jesús Sicilia, el Ejecutivo ha recordado que desde 2015 se han realizado sueltas experimentales bastante amplias en zonas de Andalucía, Galicia y, este año, también en Asturias, «por primera vez».
Los primeros resultados, por confirmar, apuntan a que sería factible autorizar el uso de dicho parásito de forma generalizada, pero que al ser «una especie exótica se precisa finalizar los estudios científicos en curso para, tras su autorización, poder liberarlo con las garantías requeridas.
Se estudia el éxito de Italia aunque ahora se está centrando los esfuerzos en frenar la progresión de la plaga
«Tan pronto como se disponga del resultado final y un nuevo dictamen del comité científico, podrá adoptarse la decisión definitiva», según el Gobierno.
Ha recordado que en Italia, pionera en la cría, liberación y naturalización de Torymus sinensis, la situación «parece estar revirtiendo en las regiones donde comenzó este control, con una mejoría en los castaños en periodos que van entre 4 y 6 años tras la liberación de los parásitos, y una disminución declarada de daños de más del 90% al 20%.»
El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente reconoce que «de no actuar, lo cual no es el caso», en un periodo de apenas 3 a 5 años la plaga podría afectar de manera importante a la producción de castaña, por lo que está centrando sus esfuerzos en frenar la progresión de la plaga.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) «está analizando los riesgos de la posible introducción» del Torymus sinensis, ha añadido en su respuesta escrita.
A su juicio, «no se puede autorizar una suelta masiva como agente de control biológico de la avispilla del castaño», porque, según la legislación nacional, cualquier liberación de organismos exóticos requiere de estudios sobre impacto ambiental y afección a la biodiversidad.