EFE.- Los ensayos en laboratorio, que se desarrollaron durante los últimos cuatro años, fueron realizados por investigadores del Grupo de Biotecnología y Mejora Forestal del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia (IIAG).
Los científicos, mediante el método de embriogénesis somática, han logrado altas tasas de proliferación de embriones a partir de material de roble (Q.robur), roble blanco americano (Q.alba), roble rojo americano (Q.rubra) y roble bicolor (Q.bicolor).
La profesora de investigación del CSIC Ana María Viéitez Martín recuerda en el escrito que «el roble presenta dificultades para su propagación vegetativa por métodos tradicionales (injerto, estaquillado o germinación de las bellotas), ya que sus semillas son recalcitrantes y no sobreviven en condiciones de sequedad y frío».
Agrega que «la aplicación de la biotecnología a esta problemática ofrece soluciones tanto complementarias como alternativas», por lo que, a mediados de los 80, iniciaron en el IIAG el desarrollo de una línea de investigación dirigida al diseño y aplicación de métodos de propagación «in vitro» de material de roble seleccionado.
La investigadora recuerda que el grupo científico del instituto gallego realizó ensayos de establecimiento «in vitro», multiplicación, crecimiento y enraizamiento mediante yemas de ejemplares seleccionados en diferentes puntos de Galicia y, en la última década, comenzaron a trabajar en la propagación «in vitro» con la técnica de la embriogénesis somática, con la que se obtienen embriones somáticos a partir de secciones de hojas.
Estos embriones son capaces de germinar y producir plantas genéticamente iguales a las del roble original, explican los investigadores en el comunicado.
«Hasta el momento, el roble se consideraba recalcitrante a este método, pero hemos comprobado que no lo es», subraya la profesora Viéitez Martín.
Después de cuatro años de trabajo, los investigadores han logrado altas tasas de producción de embriones a partir de material adulto de las variedades citadas.
En este sentido, la científica explica que, con el protocolo que han definido, «se pueden conseguir hasta un 80 % de embriones con desarrollo de raíz, de los que un 50 por ciento desarrollaron sus primeros primordios foliares».
La técnica, a su entender, constituye también un método de regeneración idóneo para emplearse en los estudios de transformación genética a través de la incorporación de genes que confieran resistencia a las enfermedades.
Finalmente, el CSIC informó de que este grupo está también tratando de aplicar la investigación de la transformación genética en roble y otras especies del mismo género, como la encina y el alcornoque, con el fin de dar una respuesta al estrés causado en estas especies por infecciones de hongos, responsables, en parte, del síndrome conocido como «la seca».