La producción de arroz de Europa, que actualmente abastece las dos terceras partes del arroz consumido en el continente, está amenazada por los efectos del cambio climático, como pasa en otros cultivos.

En la zona del mediterráneo, el cambio climático provoca un incremento de las temperaturas y períodos de sequía más frecuentes y severos que perjudican la calidad del agua y el caudal de los ríos. Estos efectos aumentan la salinidad del suelo, que afecta de forma negativa la productividad de los cultivos.

SEV04 ISLA MAYOR (SEVILLA) 19/10/06 : Un bandada de cigüeñas descansan hoy en los campos de arroz de Isla Mínima (Sevilla). La ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, realizó hoy una visita a esta zona de producción arrocera de Sevilla. EFE/José Manuel Vidal

El cambio climático provoca también la elevación del nivel del mar e incrementa más la salinidad de las zonas costeras, deltas y desembocaduras de las zonas donde se cultiva arroz. Es por lo tanto, una amenaza que pone al sector arrocero de la mediterránea en peligro de desaparición.

El proyecto NEURICE (New commercial EUropean RICE), coordinado por la Universidad de Barcelona, y donde participan el IRTA, el CRAG, la cooperativa catalana Càmara Arrossera del Montsià y la empresa de ingeniería IRIS, entre otros socios europeos, quiere conseguir nuevas variedades de arroz tolerantes a la salinidad. De esta forma se obtendrán variedades de arroz europeas adaptadas a las nuevas condiciones que permitirán seguir cultivando sin perder productividad y mantener el impacto positivo medioambiental, paisajístico y socioeconómico de esta actividad.

el proyecto NEURICE además permitirá luchar contra la plaga del caracol manzana

En Cataluña, el Delta del Ebro está amenazado desde hace años por una especie invasora que tiene efectos devastadores sobre la cosecha de arroz: el Caracol Manzana (Pomacea maculata). La alta capacidad reproductiva y la ausencia de depredadores naturales hacen que su expansión en el Delta no se haya podido frenar, causando daños cada vez mayores sobre los cultivos.

T02. DELTA DEL EBRO (TARRAGONA), 03/09/2013.- El Departamento de Agricultura de la Generalitat de Cataluña y la ONG Seo/Bird Life han llegado a un acuerdo para que voluntarios de esta organización establecida en el Delta hagan tareas de prospección y recogida de ejemplares de caracol manzana para evitar que se extienda. EFE/Jaume Sellart

Una de las pocas estrategias que ha conseguido frenar la presencia del caracol manzana en los campos ha sido su inundación con agua de mar, aprovechando que el caracol manzana no tolera la salinidad elevada. Desgraciadamente, la salinidad residual después del tratamiento con agua de mar, se generan pérdidas en las cosechas que en el peor de los casos ha llegado a afectar hasta el 30 % de la producción.

Por lo tanto, en Catalunya, el proyecto NEURICE no solo ofrece una solución para adaptar las variedades de arroz al cambio climático, sino que además permitirá luchar contra la plaga del caracol manzana.

En Asia existen algunas variedades tropicales de arroz altamente tolerantes a la salinidad pero que no pueden ser cultivadas en el clima mediterráneo y no son viables comercialmente. Recientemente se ha descubierto que la tolerancia a la salinidad de estas variedades tropicales asiáticas se explica por la presencia de un segmento cromosómico llamado Saltol. Para incorporar esta característica a las variedades comerciales Europeas se utilizarán técnicas tradicionales de mejora vegetal, no transgénicas.

Se quiere estudiar si las variedades tolerantes a la salinidad serán tan buenas como las actuales

Estudiar el comportamiento de las nuevas variedades una de las tareas del proyecto. Las primeras pruebas se harán en cultivos hidropónicos en invernaderos, un entorno que permitirá evaluar el grado de tolerancia a la salinidad de las nuevas variedades de forma controlada y más efectiva y rápida que en el campo.

Una vez identificadas las líneas más tolerantes a la salinidad, se probaran en los arrozales de los deltas del Ebro (España), del Po (Italia) y del Ródano (Francia) a partir de 2018. Estas variedades se cultivarán en campos con salinidad y sin salinidad para comparar la producción y el comportamiento agronómico.

Las variedades tolerantes a la salinidad que superen los ensayos de campo serán registradas y comercializadas para que los productores de arroz de estas zonas puedan continuar su actividad en condiciones de salinidad elevada.

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