China ya se ha visto obligada a sacrificar a más de 38.000 cerdos hasta el 1 de septiembre por los recientes brotes de peste porcina africana, según informó este domingo 2 en un comunicado el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales.
En menos de un mes, China ha reportado cinco brotes de peste porcina en cinco provincias, lo que llevó a las autoridades a iniciar un mecanismo de emergencia para bloquear, sacrificar y desinfectar a los cerdos afectados.
Dichas tareas han terminado en las provincias de Liaoning (noreste), Henan (centro), Jiangsu (este) y Zhejiang (este), donde se sacrificaron 37.241 cerdos, mientras que otros 1.264 se han tenido que sacrificar el pasado sábado día 1 en la provincia de Anhui (este).
Con el objetivo de evitar la expansión de esta peste porcina, por lo que el transporte de cerdos y todos los productos relacionados con ellos ha sido prohibido en las zonas afectadas.
Aunque aún es pronto, se puede abrir una nueva oportunidad para las empresas españolas que exportan a China
A principios de agosto, se descubrió el primer brote de peste porcina en una granja en Shenyang, capital de la provincia de Liaoning.
El gigante asiático produce la mayor parte de la carne de cerdo que necesita para su consumo, aunque también importa este producto desde otros países como Estados Unidos, España o Alemania.
De hecho, y aunque aún es pronto para valorar los efectos en el mercado interior chino, la propagación de la peste porcina y la necesidad de sacrificar a estos miles de cerdos puede dejar un hueco en el mercado del gigante asiático que las empresas españolas pueden aprovechar, especialmente porque las de EEUU están casi vetadas por la guerra de los aranceles iniciada por Trump.
La peste porcina africana -que suele afectar a jabalíes verrugosos, potamóqueros de río (una especie de cerdo natural del cuerno de África) y garrapatas- no es contagiosa para los seres humanos, pero podría ser una amenaza para el mercado porcino de China, que representa más de la mitad del sector a nivel global.