Vivanco, presidente de la AEC desde abril de 2012 y renovado en el cargo hasta abril de 2016, desea que esa candidatura de la Cultura del Vino sea "un nexo de unión entre países de dentro y fuera de Europa, un legado que sea reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco".
Por ello, como presidente de la ACTE, trata de sumar esfuerzos en países hispanoamericanos para la presentación de la candidatura y promover una declaración parlamentaria de apoyo a la candidatura, como ya se ha conseguido con España y prevé que, en breve, se producirá en el Parlamento Europeo.
Ha considerado "gratificante" que el Congreso de los Diputados, el pasado 28 de noviembre, aprobara por unanimidad una declaración por la que la Cultura del Vino debe formar parte del Patrimonio de la Humanidad.
"Se trata de un bien inmaterial que nos une e identifica, más allá de los límites geográficos", según Vivanco, quien también se ha referido a la decisión de la ACTE de ampliar el Mapa de Museos del Vino de Europa.
La ACTE se creó al amparo de la Comisión Europea, desarrolla la cultura del vino como elemento generador de riqueza y turismo para las regiones y su acción no se limita a los países de la Unión Europea (UE), sino que se extiende a otros europeos no adscritos al espacio comunitario y, desde abril último, a otras naciones de fuera de Europa.