Cerca de 15.000 temporeros españoles irán este año a la vendimia francesa, de los que el 73% (11.000 trabajadores) procederán de Andalucía, en una campaña que se prevé se adelante por las condiciones climatológicas. Su salario «nunca» podrá ser inferior al Salario Mínimo Interprofesional de Crecimiento (SMIC), que para esta campaña es de 9,76 euros brutos/hora.
Así lo ha detallado el secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro (FICA) del sindicato UGT, Pedro Hojas, quien ha presentado este martes 1 en Madrid los principales datos de esta campaña.
El sindicato, según ha recordado, presta asesoramiento e información a los temporeros antes, durante y después de desplazarse al país vecino.
1972 fue el año con mayor número de vendimiadores desplazados (96.600) y 1992, en el que fue menor (10.800)
Tras Andalucía, la Comunidad Valenciana es la segunda región desde la que salen más trabajadores (1.150), seguida de Murcia (650) y Castilla-La Mancha (500), mientras que del resto de regiones se desplazan unos 1.700 temporeros.
Ha resaltado que los datos de esta campaña son similares a los del año pasado y siguen la tendencia iniciada en 1997, que sólo se vio interrumpida en el período 2003-2008 cuando la bonanza económica hizo que el número de temporeros se redujese a unos 11.000 por campaña.
En perspectiva histórica, Hojas ha recordado que 1972 fue el año con mayor número de vendimiadores desplazados (96.600) y 1992, en el que fue menor (10.800).
Según los datos del sindicato, el 90% de los temporeros ya ha participado antes en la vendimia francesa y hay repunte de trabajadores menores de 30 años y del porcentaje de hombres sobre el de mujeres.
Hojas ha indicado que hace unos años la proporción de hombres y mujeres era casi al 50%, pero que en las últimas vendimias el porcentaje masculino roza el 60% frente al 40% femenino.
El salario a percibir nunca podrá ser inferior al Salario Mínimo Interprofesional de Crecimiento (SMIC) de 9,76 euros brutos/hora
También han percibido la tendencia de que los vendimiadores aprovechen su desplazamiento a Francia para participar en la recolección de albaricoque, nectarina o melocotón, principalmente en la zona de Perpiñán.
Junto a Perpiñán, las zonas con más presencia de españoles son Narbonne, Carcassonne, Montpellier, Beziers, Nimes, Marsella, Aviñón, Burdeos, Toulon y Valence, donde permanecerán una media de 20-25 días, aunque hay grupos que están entre 40 y 50 días.
En cuanto a las condiciones de trabajo, Hojas ha destacado que el salario se calculará según la categoría profesional, pero «nunca» podrá ser inferior al Salario Mínimo Interprofesional de Crecimiento (SMIC), que para esta campaña es de 9,76 euros brutos/hora.
La jornada en el país vecino es de 35 horas semanales y si se trabaja entre 35 y 43 horas a la semana, a esa hora extra de más se le aplicará una mejora salarial del 25 %; ésta será del 50 % a partir de las 43 horas desarrolladas.
Para Hojas, las remuneraciones son las que hacen atractivo seguir acudiendo a la vendimia francesa, ya que un trabajador obtiene unos 80 euros por día trabajado frente a los 42, de media, que generaría por ejemplo en la vendimia castellanomanchega; a ello se suman mejores subsidios familiares e indemnizaciones compensatorias en concepto de vacaciones.
En este sentido, Hojas ha considerado que los trabajadores del campo en España han «retrocedido» en condiciones laborales, volviendo a «situaciones que creíamos olvidadas» y ha citado prácticas como no declarar las horas reales trabajadas por sus temporeros, lo que genera «un fraude tremendo» a la Seguridad Social, por lo que «hay que poner coto a esta situación».
El sindicato, en su línea de apoyo a los temporeros, difunde además información de la duración y el mapa de las campañas, las condiciones laborales, los salarios exigibles o la necesidad de evitar el desplazamiento a Francia sin una contratación en origen.
Respecto a la contratación en esta vendimia francesa, ha advertido del auge de contratos a través de Empresas de Trabajo Temporal (ETT), por lo que los temporeros no generar derechos socio-laborales en el país vecino, por no cotizar en él.