El CAR ya colaboró en la inspección a pie, en los meses de abril, octubre y noviembre, de 3.400 hectáreas de arrozales tras su salinización, dentro del plan de erradicación, que también supuso remover y tamizar unas 44 toneladas de barro para detectar crías de caracoles vivos, y calcular su tasa de supervivencia una vez seco.

     Además, los agentes inspeccionaron más de 50 pequeñas balsas de agua esparcidas por el Delta para comprobar que no fueran reservorios de caracoles manzana, e hicieron inspecciones quincenales de las áreas de gestión pública pero de acceso restringido para detectar posibles focos iniciales de esta especie.

Piden a los pescadores que no los utilicen como cebo por el riesgo que conlleva


     El caracol manzana está catalogado como especie exótica invasora y está prohibida su recolección, tenencia y comercialización por la normativa europea, la estatal y la autonómica, y su incumplimiento puede ser una infracción muy grave o incluso un delito penal.

     Los agentes del CAR se ocupan además de dejar trípticos y carteles informativos en establecimientos turísticos de la zona del Delta del Ebro como cámpings, restaurantes y casas de payés.

     Se han dirigido igualmente a zonas de pesca recreativa en el Delta Derecho y en el río Ebro, hasta el pantano de Riba-roja, para informar a los pescadores sobre las consecuencias que supone usar caracol manzana como cebo.

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