Durante la última temporada de caza, los terrenos donde se podía cazar en Cataluña se distribuían por 1.391 áreas privadas y áreas locales de caza, con una superficie de 2,6 millones de hectáreas, el 81 % de la superficie de Cataluña.

    El resto corresponden a las siete reservas nacionales de caza y ocho zonas de caza controlada, la gestión de las cuales corresponde directamente al Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural.

    En cuanto a las capturas de las diferentes especies cinegéticas, la memoria anual destaca que en las especies catalogadas como "caza menor" son los tordos el grupo de especies más cazado, con 748.000 ejemplares declarados.

    Le siguen el conejo, con 169.000 ejemplares, las torcaces, con 107.000, y la perdiz roja, con más de 89.000 ejemplares.

    Entre las especies de aves acuáticas, cazadas mayoritariamente en el Delta del Ebro, destaca el ánade real, con 20.879 ejemplares, seguido por agachadiza común, con 6.000 ejemplares.

    Otras especies como el ciervo y el corzo muestran una clara tendencia a aumentar el número de capturas, con 1.359 y 1.952 ejemplares cazados respectivamente.

    En el caso del rebeco, el número de ejemplares cazados (676 de los cuales el 76% en las reservas nacionales de caza) continúa aumentando aunque sin alcanzar las cifras máximas obtenidas antes de los efectos de la enfermedad producida por pestivirus.

Un aumento de capturas para evitar la proliferación de su población


    En cuanto al aumento de capturas de jabalíes de la temporada pasada con relación a las anteriores, el Departamento de Agricultura lo ha atribuido a las medidas que ha puesto en funcionamiento en colaboración con las sociedades de cazadores para evitar la proliferación de la población de jabalíes.

    La densidad de jabalíes en Cataluña se ha convertido en una problemática principalmente por la actividad agrícola, pero también genera problemas de seguridad y accidentes de tráfico, ha señalado el Departamento de Agricultura.

    Como medida de carácter extraordinario y por la afectación que los daños que algunas especies cinegéticas causan en el sector agrícola y ganadero, la legislación permite que se declare el estado de emergencia cinegética en un ámbito territorial concreto cuando se superen los umbrales de abundancia establecidos de alguna especie causante, cosa que se aplicó la temporada pasada en algunas zonas en el caso del jabalí.

(Foto: Archivo)

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