La Consejería de Desarrollo Sostenible de la Junta de Castilla-La Mancha ha declarado desde este viernes 14 la emergencia cinegética temporal por la sobrepoblación de conejos de monte en un total de 308 municipios de las cinco provincias de la comunidad autónoma, de los cuales 111 están en la provincia de Toledo tal y como había venido pidiendo parte del sector agrario regional.

Una de las novedades de la resolución, publicada en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, es la comercialización de los conejos capturados en las zonas declaradas de emergencia siempre que sean sacrificados de inmediato y entregados a establecimientos de manipulación de caza silvestre autorizados, ha subrayado el Gobierno regional en un comunicado.

Para garantizar la seguridad alimentaria, los conejos destinados a la venta deberán cumplir con la normativa sanitaria vigente y estar acompañados de la documentación requerida.

«EL COMPROMISO ES ASEGURAR QUE ESTE CONTROL POBLACIONAL SE LLEVE A CABO DE MANERA EQUILIBRADA EVITANDO IMPACTOS NEGATIVOS EN OTRAS ESPECIES»

«Con este proceso, se fomenta el uso responsable de los recursos cinegéticos y se abre una oportunidad comercial para el sector de la carne de caza en la región”, ha señalado el viceconsejero de Medio Ambiente, José Almodóvar.

La emergencia cinegética temporal por la sobrepoblación de conejos afecta a 308 municipios de Castilla-La Mancha: 55 en Albacete, 29 en Ciudad Real, 90 en Cuenca, 23 en Guadalajara y 111 en Toledo.

Almodóvar ha explicado que la decisión permitirá aplicar medidas de control de poblaciones, incluyendo la caza con escopeta y la captura con hurón y redes, en determinadas épocas del año y bajo unas condiciones ya establecidas previamente por la administración.

El control de conejos autorizado por esta normativa se restringe a las superficies de cultivo donde se haya detectado una alta densidad de la especie y daños significativos.

Aunque no es necesario solicitar autorización para actuar en estas zonas, sí se requiere comunicar a la administración pública la intervención y la ubicación exacta.

Serán supervisadas por agentes medioambientales para garantizar su cumplimiento.

«Nuestro compromiso es asegurar que este control poblacional se lleve a cabo de manera equilibrada y respetuosa con el medio ambiente, evitando impactos negativos en otras especies silvestres y en los ecosistemas sensibles», ha añadido.

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