Cristóbal Cantos Ruiz / Secretario General de ASAJA-Andalucía
Estimado Rodrigo:
El jueves pasado, en el Parlamento, estabas enojado por el tuit publicado durante tu viaje a Bruselas que decía: “ASAJA-Andalucía lamenta que el consejero de Agricultura se desmarque del mandato de la presidenta y vaya por libre en una negociación de la Reforma de la PAC capital para todos los agricultores andaluces”. Y por la publicación, ese mismo día, de una nota de prensa donde ASAJA apela literalmente “al sentido común y a la responsabilidad del PSOE y le insta a abrir el debate sobre el contenido de la reforma de la PAC cuando la propuesta legislativa se presente”. Y continúa “supone una grave irresponsabilidad instar al Parlamento de Andalucía a que se pronuncie sobre las medidas esbozadas en una filtración”.
Ambas respuestas, se deben a tus recientes declaraciones “reclamando una redistribución de las ayudas directas de la Política Agrícola Común (PAC) encaminada a incrementar lo que reciben los pequeños y medianos agricultores, que son la inmensa mayoría de los beneficiarios (el 80%) y sin embargo sólo perciben el 20% de estos fondos”.
Con el máximo respeto y con la máxima energía, no puedo compartir tu opinión pues de tus propios datos se deduce que en Andalucía habiendo unos 250.000 solicitantes que reciben unos 1.500 millones de euros, el 80%, es decir, unos 200.000 solicitantes reciben el 20%, unos 300 millones de euros, lo que supone una media de 1.500 euros anuales. Y que el 20%, unos 50.000, reciben 1.200 millones, una media de 24.000 euros anuales. Teniendo en cuenta que las ayudas representan, por término medio, el 30% de los ingresos podemos simplificar dos modelos de explotaciones agrarias:
El primero sería el de las pequeñas explotaciones con una facturación media de unos 5.000 euros al año.
El segundo modelo lo constituyen las explotaciones medianas o grandes que consiguen una media de 80.000 euros de facturación al año.
Teniendo en cuenta estos dos modelos de explotación llegamos a la conclusión de que la dimensión es un factor básico para que sean competitivas según las exigencias del mercado actual. Por tanto, discrepo de lo que has expuesto sobre la importancia de redistribuir de las ayudas entre ambos colectivos porque, sin duda alguna, el modelo de explotación agraria que debemos promocionar en Andalucía debe orientarse a la competitividad. Y a los pequeños incentivarlos para que adquieran mayor dimensión a través de su fusión, unión, integración en cooperativas…
Pero es que el tema no se detiene ahí y publicas en tu cuenta de Twitter: “Es una cuestión de justicia establecer una limitación máxima a los incentivos por beneficiario (capping) para corregir la situación actual, ya que el 1,25% de los perceptores ingresa más de una cuarta parte (el 27%) de estas ayudas directas. El objetivo es un reparto más justo y equitativo”.
De los datos aportados por el consejero se deduce que el 1,25% son 3.000 perceptores que se embolsan el 27% de las ayudas, 370 millones, es decir, a razón de unos 150.000 euros de media. Pues bien, uno de ellos es la propia Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía que desde hace tiempo, antes a través de la sociedad Desarrollo Agrario y Pesquero S.A. (DAP) y ahora a nombre de la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía (AGAPA), solicita y recibe ayudas de la Política Agraria Común (PAC) por importe superior a 800.000 euros. Para ilustrar a los 2.999 perceptores restantes, el consejero debería explicar las decisiones que adoptará, como gestor de la explotación agraria AGAPA, para adaptar su modelo de gestión a su propuesta de capping, porque él mismo y en su casa no cumple con sus preceptos.
Tras la publicación en los medios de comunicación de la nota distribuida por ASAJA-Andalucía, te has quejado de que la crítica no estaba bien argumentada. Desde aquí te digo, como secretario general de ASAJA-Andalucía, que puedes contar con toda la organización para consensuar la postura del sector agrario ante el reto de la PAC. Como siempre, esta asociación considera que, en momentos tan importantes como el actual, hay que desprenderse de cualquier pensamiento personal en pos del beneficio andaluz. En esta línea de trabajo siempre estamos a tu disposición.
En cuanto a lo extemporánea de tu propuesta, tengo dos consideraciones:
1º.- En una reciente entrevista con el sector agrario la presidenta de la Junta de Andalucía invitó a la Consejería y a las organizaciones agrarias a consensuar una postura común ante la inminente propuesta de reforma de la Política Agraria Comunitaria.
2º.- Mientras en la Unión Europea se discute el presupuesto plurianual comunitario, es un error indicar que existen explotaciones agrarias andaluzas que pueden producir con menos ayudas, ya sea por capping o por degresividad, porque en Bruselas sólo piensan en hacer agricultura con menos presupuesto. Es decir, esas inoportunas declaraciones pueden perjudicar a todo el sector y, por supuesto, a toda Andalucía. Ya ocurrió en el pasado, cuando una parte del colectivo agrario andaluz pidió que se modularan las ayudas y Bruselas redujo la totalidad de las ayudas, porque si unos pueden producir con menos todos deben hacerlo. El mercado no perdona y elimina a los menos eficientes.
Consejero, la lealtad no está reñida con el rigor.
Un cordial saludo.