Campofrío intenta hacer los productos más accesibles, "puede que no se tenga dinero para una pieza de jamón de 40 euros, pero sí para un loncheado; con este concepto estamos salvando la campaña", destaca, además de recordar que este formato crece a ritmos de doble dígito desde 2008.
"Cuando la crisis impacta como lo ha hecho en España, la cuestión no es que la gente elija tu marca o no, es que no tiene elección porque no tiene dinero", resalta.
En esta situación, subraya que el ejercicio del ama de casa de estirar los 50 euros o 100 euros cada semana para dar de comer a la familia "se vuelve un ejercicio de ministro de economía".
González explica que, en estos momentos, se replican situaciones de la década de los ochenta como la democratización del consumo de algunos productos -en aquel momento sucedió con el salmón- con ofertas con formatos más baratos, que "funcionan muy bien porque bajas la barrera de acceso al producto".
En su opinión, hay que entender que hoy el precio pagado por un producto es fundamental y que esa es la clave de la marca blanca.
Campofrío España espera mantener al cierre de año un crecimiento del 3 %, unas cifras que en Europa se han comportado mejor con subidas del 6 %.
Reconoce que la exportación funciona muy bien y que dada la situación han "agudizado el ingenio, y el jamón curado es perfectamente vendible a nuestros vecinos, sobre todo Francia y Alemania".
La venta al exterior en Navidad puede ser "el tronco de salvación del año, ya que ahora incluso se está exportando más que al inicio del año".
Considera que el jamón curado es un producto que "no se ha tratado a nivel que se merece fuera de España y es una joya" y que tienen una oportunidad de vender en Francia, "como les gusta tanto la gastronomía entienden que nuestro jamón es uno de los cinco productos más interesante junto con el foie o el champagne".
Campofrío centra sus ventas en los embutidos (20 %), jamón curado (20%), cocidos de jamón y pavo (30%) y salchichas (15%).
Precisamente en esta categoría, apunta que se está viviendo lo que se llama una bajada de categoría, es decir "no tengo dinero y no sólo reduzco compra, sino que desciendo de categoría".
Ese es el motivo de los crecimientos en el segmento de las salchichas, que crece de media un 8 %, y dentro de él a doble dígito los de las más baratas y del 1 % los de las más caras.
"Es un producto que está atrapando a clientes de otras categorías, como la carne de vacuno", apunta.
La pizza es otro de los productos que se ha visto beneficiado por la crisis, segmento en el que Campofrío cuenta con una cuota de mercado del 8 % y apuesta por arrebatar el liderazgo a Tarradellas, que controla cerca del 26 % del mercado.
Para ello, la compañía invertirá en triplicar su capacidad productiva en su planta de Ólvega (Soria), que le permitirá pasar de las 8.500 toneladas a las 22.900, y con la que prevé acceder a nuevos formatos como son las pizzas congeladas, nuevas formas y sabores, e incluso la exportación, y "porqué no, ir a Francia".
En el caso de las pizzas congeladas, el mercado español está repartido entre Buittoni (25%), Dtr Oeketer (25%) y el resto, marca blanca.