La campaña de recolección del maíz ha arrancado en las zonas tempranas de Andalucía. llas más precoces de Europa, con bajos precios en origen, mientras que en Galicia contabilizan pérdidas millonarias por la sequía y los granjeros tendrán poco forraje para el ganado, en plena crisis del lácteo.
Las organizaciones agrarias no entienden las bajas cotizaciones del maíz, dada la precocidad de la recolección, que coge a los mercados desabastecidos, y la escasa producción nacional.
españa tendrá que importar 9 ó 10 millones de toneladas por lo que nadie entiende la caída de los precios
Con menos de 4 millones de toneladas estimadas -3,74 millones de t, en concreto-, sólo se cubre el 40 % de las necesidades españolas y, de hecho, tendrán que importarse 9 ó 10 millones de toneladas.
Los cultivadores son conscientes de que el maíz nacional es «un grano de arena» ante una cosecha mundial de más de 1.028 millones de toneladas y, así, la formación de precios escapa de su control.
Una mayor oferta en UE, Ucrania, Rusia, Brasil o Argentina no invita al optimismo, porque la revalorización no será probable.
El sector argumenta que la superficie cae cada año por falta de rentabilidad y se sitúa en 360.300 hectáreas (-8 %), de las cuales 111.247 corresponden a Castilla y León, líder nacional, muy por delante de Extremadura (49.300), Aragón (74.100), Castilla-La Mancha (26.400), Cataluña (34.200), Navarra (14.800) o Galicia (19.630).
En 2015, se superaban las 421.000 hectáreas, lo que deja una disminución de extensión de alrededor de 61.000 hectáreas, en un contexto de alto coste de agua, electricidad, semillas y abonos.
Los rendimientos en Andalucía se sitúan en los 12.000 kilos por hectárea pero «los números no salen» a los cultivadores
El responsable sectorial de Asaja-Sevilla, José Vázquez, cifra en 29.000 hectáreas la superficie en Andalucía -la mitad, en la provincia de Sevilla y, el resto, en Córdoba fundamentalmente-; entre el 30 y el 35 % se ha cosechado ya, estima esta patronal.
El maíz andaluz es el primero que se recoge en Europa, de gran calidad, y este año se desarrolla bien, sin apenas ataques de heliothis o arañas aunque sí hay más problemas de hongos, explica.
Los rendimientos se sitúan en los 12.000 kilos por hectárea pero «los números no salen» a los cultivadores, afirma.
«El precio del grano que se está pagando en el campo se sitúa en apenas 27 de las antiguas pesetas por kilo (0,16 euros)» y el agricultor tendría que obtener al menos 15.000 kilos para cubrir los 2.400 euros que cuesta producir una hectárea de maíz.
en galicia el 40 % de la cosecha de maíz se da por perdiday las pérdidas acumuladas rondan los 50 millones de euros
Galicia es más tardía en recolección, pero los agricultores avanzan una pésima campaña, que arrastrará al ganadero del lácteo.
El portavoz de Unións Agrarias-UPA, Óscar Pose, afirma que el 40 % de la cosecha de maíz se da por perdida en esta Comunidad.
La sequía ha provocado que la planta no mida más de 50 centímetros o un metro como mucho, cuando lo habitual para estas fechas sería que el maíz alcanzara los 3 metros de altura.
«Sembramos tarde por el exceso de lluvias de primavera, pero luego no han caído precipitaciones», añade Pose.
De momento, las pérdidas acumuladas rondan los 50 millones de euros mientras que la viabilidad del otro 60 % de la producción gallega dependerá de la pluviometría, por lo que habrá que esperar hasta mediados de septiembre para ver qué parte se salva.
Las vacas serán la grandes damnificadas -el 98 % de la superficie de maíz en Galicia se utiliza como forraje para alimentarlas- y, al caer la cosecha, los ganaderos tendrán que comprar alfalfa, paja y piensos, con el consiguiente sobrecoste para las granjas en un momento de grave crisis debido a los bajísimos precios de la leche.
En Castilla y León, fuentes de las cooperativas de Urcacyl, refieren una fuerte reducción, desde 128.000 hectáreas del año pasado a las poco más de 111.240 actuales, sobre todo por la caída de la extensión en la provincia de León, que ha tenido condiciones meteorológicas adversas y retrasos en la cosecha anterior.
Calculan que los rendimientos caerán desde 10.500 a 10.000 kilos por hectárea cuando empiezan a cosechar, entre mediados de octubre y de diciembre en general, excepto en León, que suele ser más tardío.
Según la Alianza UPA-COAG, la mayor extensión corresponde a León (57.860 has), Salamanca (16.300) y Zamora (16.500).
las ayudas de la PAC «suplen un poco» el escueto valor del grano, pero nunca compensan de las pérdidas al agricultor
En Aragón -explica desde Uaga Joaquín Labarta- los primeros cortes se hacen a finales de agosto y principios de septiembre, pero los maíces «de segunda cosecha» no se recogerán hasta enero próximo.
«Parece que no será una mala campaña, aunque tampoco será óptima del todo porque hubo muchos días con excesivo de calor, con 34 o 35 grados que no han sido buenos para las plantas», especifica Labarta.
Asimismo, critica que la rentabilidad del cultivo «esté por los suelos» porque actualmente los precios se sitúan por debajo de los niveles que alcanzaban en 1987 y «ha llovido mucho desde entonces».
Y las ayudas de la PAC «suplen un poco» el escueto valor del grano, pero nunca compensan de las pérdidas al agricultor, alega.
Preguntado por las disponibilidades de agua, Labarta comenta que «no hay problemas» en el sistema de riego del Alto Aragón. Añade que, pese a las restricciones que se han venido haciendo en el sistema de Aragón y Cataluña, «creo que no llegarán a afectarle». Y tampoco prevé contratiempos para los «riegos antiguos».
Eso sí, «los embalses quedarán a cero» y «siempre estamos con los nervios de qué podrá pasar la próxima campaña», concluye.
(Texto: Ginés Mena / Efeagro)