Un estudio elaborado por LA UNIÓ de Llauradors revela que los productores de almendra de la Comunitat Valenciana dejarán de ingresar esta campaña una cantidad que ronda los 50 millones de euros como consecuencia del aumento de los costes de producción y la bajada de precios. La superficie dedicada al cultivo de almendro actualmente en la Comunitat Valenciana es de 56.367 hectáreas, de las que más del 80% se sitúan en zonas de secano.
Los costes de producción para los agricultores valencianos en una explotación profesional de secano se han elevado un 25% hasta una cantidad de 1,30 €/kg/cáscara, debido a que la climatología provocó una mayor incidencia de enfermedades en el cultivo y también a la mayor afectación de la fauna salvaje por el confinamiento. Al igual que en otros cultivos, el clima irregular de finales de invierno y principio de primavera ha afectado a los almendros.
A la la bajada de precios se le suma el exceso de humedad y las lluvias continuadas han incrementado considerablemente las dolencias fúngicas que provocan defoliación y caída de fruta. La monilia, el fusicocium, la lepra, la mancha ocre o el cribado de la almendra han estado presentes en muchas explotaciones y los tratamientos tienen que ser más frecuentes que los habituales en otros años. Este incremento de tratamientos, muchas veces pospuestos por las continuas lluvias o por la imposibilidad de acceder a la finca ante la humedad del terreno, ha supuesto este considerable aumento de los costes de producción.
«ESTA SITUACIÓN ES INSOSTENIBLE Y VA A SUPONER, DE CONTINUAR, EL ABANDONO DE GRAN PARTE DE LOS CULTIVOS DE ALMENDRO DE SECANO”
En el estudio de LA UNIÓ se determina que más del 80% de los gastos corresponden a costes fijos de la explotación y el resto se corresponden a costes variables. Entre los variables, el 45% es de gastos fitosanitarios -por el incremento del número de tratamientos-, casi el 15% es de las labores de labrado, un poco más del 10% al abonado y el resto de los costes es de la poda y recolección.
Si tenemos en cuenta que el precio percibido por los agricultores es un 40% más bajo que en las mismas fechas del año pasado -la cotización del pasado 7 de septiembre en la Lonja de referencia de Reus fue de 2,90 €/kg (grano) y que el rendimiento medio es de 0,73 €/kg/cáscara), nos da que cada productor valenciano de almendras perderá está campaña 0,58 € por cada kg de almendra que produce, es decir unas pérdidas medias de 800 €/ha, lo que supone 50 millones de euros.
Para la UNIÓ, «esta situación con la bajada de precios es totalmente insostenible y va a suponer, de continuar, el abandono de gran parte de los cultivos de almendro de secano, por lo que es vital que las distintas Administraciones tomen, en el marco de sus competencias, las medidas necesarias para paliar la situación».
En este sentido, entre las propuestas reclamadas por LA UNIÓ destaca la necesidad de un plan de reconversión varietal y técnico del sector, con financiación suficiente, lo mismo que unas ayudas acopladas a las explotaciones tradicionales. También apuesta por el fomento y promoción de la almendra autóctona, por mejorar y dar transparencia a la información real y diaria y por la erradicación de las prácticas especulativas y de aquellos especuladores que se aprovechan de la desesperación de los productores.
Pese a todas estas circunstancias, las importaciones de almendra de California en España siguen al alza y ya en el primer semestre de este año fueron superiores un 29% en volumen y un 16% en valor económico ya que el precio medio de ésta, con una calidad organoléptica infinitamente inferior a la nuestra, ha sido de media, un 22% superior.