EFE.- Las detenciones se llevaron a cabo el pasado día 13 de noviembre, justo después de que los arrestados hubieran perpetrado el último hurto en una finca de Motril, de donde sustrajeron 370 kilos de chirimoyas y 51 kilos de aguacates.

   En esta operación, la Guardia Civil también se ha incautado de una furgoneta y un furgón decomisados a los detenidos.

   La investigación ha determinado que los detenidos formaban una banda perfectamente estructurada en la que los dos primeros, un matrimonio de Motril, elegían las fincas que iban a ser asaltadas por la noche, y más tarde vendían la fruta sustraída de manera ambulante en el barrio del Zaidín.

   Los otros dos, vecinos de Castell de Ferro, eran los que se encargaban de sustraer las chirimoyas, los aguacates y los mangos.

   El modo de operar de la banda era el siguiente: el cabecilla escogía una finca aún recolectada para asaltarla esa misma noche, llevaba hasta allí a dos de los detenidos y se marchaba.

   Cuando éstos habían acabado de recoger la fruta lo llamaban por teléfono y entonces acudían los otros dos arrestados con dos vehículos, la furgoneta y el furgón decomisados.

   Cargaban el furgón con la fruta sustraída y se dirigían hasta un almacén clandestino en las inmediaciones de Playa Granada.

   En el itinerario la furgoneta iba como vehículo "lanzadera" para alertar a los del furgón si se encontraba con alguna patrulla de la Guardia Civil o de Policía Nacional.

   Los detenidos dejaban la fruta escondida en el almacén durante un par de días para "enfriar" el robo y luego entregaban parte de la fruta a familiares,  o bien directamente la vendían de forma ambulante por las calles del barrio del Zaidín de Granada.

   Los detenidos presuntamente han sustraído entre el pasado 20 de octubre y el 13 de noviembre 5.230  kilos de chirimoyas, 960 de mangos y 351 de aguacates, fruta que hubiese alcanzado en el mercado más de 16.000 euros.

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