El precio del cerdo fluctúa a lo largo del año, con subidas en primavera y descensos en otoño, coincidiendo con las épocas de menor y mayor consumo a nivel comunitario. Sin embargo, este año la bajada del precio del cerdo "se ha adelantado 10 semanas respecto a su fecha habitual, con una caída en picado desde principios de julio tanto en España como en el resto de mercados europeos, agudizándose los descensos en las fechas en las que normalmente suele haber mejores precios”, ha lamentado Jaume Bernís, responsable del sector porcino de COAG.
Además, el desplome de los precios en origen no se está trasladando al consumidor. Según los datos del Índice de Precios en Origen y Destino de los Alimentos (IPOD) del mes de octubre, el consumidor pagó el kilo de carne de cerdo a 5,29€/kg, cuatro veces más que en origen. “Pedimos responsabilidad a los comercios especializados y cadenas de distribución para trasladar esa bajada al consumidor y estimular el consumo”, ha apuntado Bernis.
Reclaman medidas excepcionales de fondos que no sean del sector agrario
Ante esta situación, los máximos responsables del sector porcino de COAG, Jose Luis Iranzo y Jaume Bernis, han reclamado al Ministerio de Agricultura medidas excepcionales, con fondos no procedentes del sector agrario, para que los ganaderos puedan afrontar esta crítica situación.
Así se lo hicieron saber en la tarde de ayer al Secretario General de Agricultura y Alimentación del MAGRAMA, Carlos Cabanas y al Director General de Producciones y Mercados, Fernando Miranda, durante la reunión bilateral que mantuvieron en la sede del MAGRAMA.
En ese sentido, COAG planteó una serie de actuaciones, como medidas de mercado que favorezcan la recuperación de los precios del porcino en origen, tales como el almacenamiento privado de la carne de cerdo o restituciones a la exportación. También reclaman actuaciones que fomenten el reequilibrio de la cadena de valor en el sector porcino, mediante el fomento de prácticas comerciales justas y con iniciativas como la decretada en Francia de renegociación obligatoria de precios entre productores e industria, ante el incremento del coste ligado a la alimentación animal.
Igualmente se exigen programas de promoción que potencien el consumo tanto a nivel estatal como en la UE y otros mercados exteriores, y que incidan en la apertura de mercados alternativos al de Rusia.
Reducción de los costes de producción enmateria energética
De igual forma, se pide una reducción de los costes de producción mediante el fomento de la producción de energía en las propias explotaciones porcinas. Tras la alimentación, el coste energético es el coste de producción de mayor valor. Las explotaciones porcinas producen una serie de subproductos (cadáveres, purines, etc), que podrían revalorizarse y emplearse en la generación de energía aplicable en la propia explotación, evitando así el coste de gestión de estos subproductos y repercutiendo de manera positiva al ganadero y al medio ambiente.
Los representantes del MAGRAMA se han comprometido a analizar estas medidas, trasladar las peticiones referidas a la cadena de valor a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) y convocar al sector a lo largo del mes de noviembre.