EFE.- Las reuniones para elaborar el plan, que se centra en los 104 municipios de menor densidad de población de Madrid, han comenzado ya en una fase de diagnóstico, según ha indicado el Ejecutivo regional, en la que se mantienen encuentros técnicos con los distintos grupos de interés para conocer sus puntos de vista.

Según el director general de Medio Ambiente, Ricardo Riquelme, el objetivo de la Comunidad de Madrid es hacer cómplices y copartícipes a los vecinos de estas zonas rurales para que sean ellos quienes diseñen su «propia hoja de ruta».

El objetivo del Plan de Desarrollo Rural es contribuir a la conservación del carácter local y los valores del medio rural en la Comunidad de Madrid, así como la adaptación a nuevos retos y situaciones de la población rural madrileña.

Tras las negociaciones del nuevo periodo de la Política Agraria Común, la Comunidad de Madrid ha conseguido mantener las ayudas directas a los agricultores y ganaderos madrileños en el entorno de los 41 millones de euros e incrementar los fondos europeos para el Programa de Desarrollo Rural en casi un 10%, al pasar de 69,5 millones de euros a 76,5 para los próximos siete años.

A ellos se añadirán los fondos procedentes de la Administración General del Estado y de la propia Comunidad de Madrid.

El plan contó entre 2007 y 2013 con un presupuesto total de 146,3 millones de euros distribuidos en cinco ejes: aumento de la competitividad de la agricultura y la selvicultura, mejora del medio ambiente y el entorno rural, calidad de vida en las zonas rurales, enfoque Leader (relación de acciones de desarrollo y la economía rural) y asistencia técnica.

Los objetivos del nuevo plan serán la promoción de la transferencia de conocimientos y la innovación en el sector agrario y forestal y en las zonas rurales; la mejora de la viabilidad y competitividad de las explotaciones y la promoción de tecnologías agrícolas innovadoras y la gestión forestal sostenible.

Además, trata de fomentar transformación y comercialización de los productos agrarios, el bienestar animal y la gestión de riesgos en el sector; además de restaurar, preservar y mejorar los ecosistemas relacionados con la agricultura y la silvicultura; promover la eficiencia de los recursos y fomentar el paso a una economía baja en carbono.

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