Llevamos muchos meses con una insostenible situación en la que muchos miles de ganaderos, productores de leche, se ven obligados a afrontar una importante subida de sus costes, sobre todo de alimentación del ganado, a la vez que reciben unos precios anormalmente bajos por la leche que entregan.
Hay que recordar antes de nada, que la leche que se produce ahora en nuestro país es de una muy buena calidad, equiparable con los mejores estándares de cualquier otro país, europeo o no.
Por eso cuando digo que los precios que se reciben son anormalmente bajos, quiero decir que las industrias están pagando en España la leche por debajo de los precios medios europeos. Si tenemos en cuenta, que aquí no tenemos ninguna sobre producción, sino todo lo contrario, pues no hace falta ser ningún Séneca para saber que, esta anormalidad en los precios, NO se debe a razones de mercado sino a otro tipo de razones.
No sabemos por qué no ha investigado y resuelto algo claro sobre este asunto, la Comisión Nacional de la Competencia. Cuando la vemos tan diligente para tomar medidas disciplinarias, cuando se realiza algún tipo de acuerdo que beneficia a los más débiles de la cadena alimentaria. Entonces actúa, y como lo hace supuestamente en defensa de la legalidad y en nombre del todopoderoso "Dios Mercado", pues todo el mundo a callar, aunque aplique las normas con un rigor inusual o desconocido en la mayoría de los países europeos, con legislaciones similares.
Hay ahora una iniciativa del Ministerio, que va a ser presentada en días según la cual, para que aquellas empresas de la industria y de la distribución, que decidan pagar la leche, al menos, a precio decoste a los ganaderos, sean beneficiadas con el uso de un marchamo, o distintivo especial, contarían con una campaña publicitaria con apoyo ministerial, para que se fomenten esas prácticas y el consumo de esos productos.
Aunque no parece muy lógico que haya que premiar a alguien por hacer lo que debe, no nos vamos a oponer, hasta ver si funciona o no y por qué los ganaderos -muchos de ellos ya arruinados o al borde de estarlo- no están para bromas, ni para que se rechace cualquier tipo de ayuda.
¿Es mucho pedir que por entregar buena leche, reclamemos que al menos, nos paguen el mismo precio, que pagan las mismas industrias a otros ganaderos europeos, incluso con menores costes de producción?
¿Es mucho pedir un poco de juego limpio por parte de la industria y de la distribución con el precio de la leche?. Espero que no.
Nos jugamos un sector básico de la alimentación española fuente de empleo y riqueza, -aunque ahora no repercuta en los productores- y que ha mantenido vivas, amplias zonas de nuestra España rural.