de esta forma, se quiere eliminar las muchas excepciones que hacen que un producto ecológico no siempre esté hecho del 100% de ingredientes ecológicos. Los servicios europeos preparan en un documento adjunto que "las normas de producción ecológica están debilitadas por las excepciones y las condiciones poco claras".

    Entre las reformas propuestas destaca el tema de las granjas mixtas, donde todavía se autoriza una explotación que opera tanto con la producción ecológica y convencional a la vez. Esto debería estar prohibido según la propuesta de la Comisión. Lo que minimizaría el riesgo de contaminación.

    Sobre los plaguicidas, s ereconoce que hasta ahora, no hay ninguna garantía de que no haya residuos de plaguicidas en un producto ecológico. En el futuro, los productores deberán garantizar que el nivel de plaguicidas en los productos no supere el de los productos de comida para bebés. Si las reglas no son estrictas, el hecho de que las sustancias no autorizadas se encuentran en productos ecológicos se convierte en un problema, alerta la Comisión.

La carne de ave y cerdo deberá tener un 60% de carne local

    Respecto a la carne de ave y de cerdo, hasta el momento, sólo el 20% del alimento de los animales debe ser de origen local, en el futuro, deberá ser del 60%. Las proteínas deben ser 100 % ecológicas. Hasta ahora sólo se permitía que hasta un 5% de la alimentación no sea ecológica.

   La Comisión también quiere masificar los controles, que por ahora se centran en los agricultores y menos en los del resto de la cadena alimentaria. A los mayoristas por ejemplo raramente se les pasa controles.

Un crecimiento desmedido con importaciones de otros países de fuera de la UE

   El sistema debe estar mejor enmarcado, porque en la actualidad se utiliza mal por parte de algunos Estados miembros, dijo la Comisión. Menos control, más fraude. Foodwatch, ONG que vela por las prácticas agroalimentarias, ve la velocidad a la que lo ecológico crece en los últimos años la principal causa de estos fraudes. En Alemania, el sector ha pasado de un volumen de negocios de 2,1 mil millones de euros en el 2000 a más de 7 mil millones de euros en el 2012. Lo ecológico se ha convertido en un mercado de masas.

   Otra consecuencia de este crecimiento es que los productos nacionales no pueden satisfacer la demanda. Las importaciones procedentes de países no pertenecientes a la UE están aumentando: por ejemplo, Chile produce más manzanas ecológicas que Alemania. Estas importaciones también deben ser controladas. Hasta ahora los controles se llevan a cabo principalmente en el país y hay 63 normas diferentes para los productos ecológicos. En el futuro, debería haber sólo una norma, según la Comisión.

   "Damos la bienvenida a un endurecimiento de las reglas", responde Martín Rücker, portavoz de Foodwatch. Sin embargo, las propuestas de la Comisión Europea no cumplen con la aprobación de todo el mundo en el sector. Y varios miembros de IFOAM, la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Ecológica, están haciendo campaña en contra de este plan de políticas y administraciones. Temen que las cargas administrativas sean demasiado pesadas para los productores ecológicos. Para Marco Schutler, Director de IFOAM-Europa, el marco jurídico actual sería "suficiente".

(Fuente: bio-marche.inf)

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