La Comisión Europea ha propuesto este miércoles aplazar durante un año la aplicación de la ley para evitar que los productos consumidos en la UE generen deforestación, que ya está adoptada y debía hacerse efectiva al empezar 2025, pero ha sido muy criticada por el sector agrario, la industria, algunos partidos políticos y terceros países.
«La Comisión refuerza el apoyo para la implementación del Reglamento de la UE sobre la Deforestación y propone 12 meses adicionales de período de adaptación, respondiendo a las solicitudes de socios globales«, informó en un comunicado el Ejecutivo comunitario.
La propuesta deberá ser aprobada por el Parlamento Europeo y por el Consejo de la UE (que representa a los Estados miembros), instituciones que en 2023 aprobaron la ley contra la deforestación en su estado actual, con una holgada mayoría.
El reglamento busca evitar que ciertas materias primas y productos derivados consumidos en la UE generen deforestación tanto en el espacio comunitario como en terceros países, pues entre 1990 y 2020 se destruyó globalmente una superficie de masa forestal mayor que la de la UE, y cerca del 10 % es atribuible al consumo europeo.
La normativa afecta al ganado, el cacao, el café, el aceite de palma, la soja, la madera y el caucho, incluidos derivados como cuero, chocolate o muebles, y estipula que, a partir del 30 de diciembre, las empresas que importen en la UE esas materias primas deberán demostrar a través de un sistema de geolocalización que no han generado deforestación o degradación de masas forestales.
Sin embargo, el texto ha sido sometido a una presión extraordinaria en los últimos meses, tanto por parte de la industria como por países como Brasil, Bolivia, Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, Indonesia, Estados Unidos, Malasia, Australia, Nueva Zelanda o Canadá, y es una de las razones por las que sigue estancado el acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur.
La presión también ha llegado desde el Partido Popular Europeo (PPE), familia política de la presidenta de la Comisión Europea, la democristiana alemana Ursula von der Leyen, pese a que esa formación había liderado la negociación del texto en la Eurocámara, donde en ese proceso se amplió la ambición del reglamento respecto a la propuesta original del Ejecutivo.
Por su parte, organizaciones ecologistas y eurodiputados verdes, socialdemócratas y liberales han criticado con dureza la prórroga. El excomisario europeo de Medioambiente, el ahora eurodiputado ecologista lituano Virginijus Sinkevicius, bajo cuyo mandato se redactó, negoció y aprobó la legislación en 2023, ha asegurado que «retrasar la regulación sobre Deforestación es un paso atrás en la lucha contra el cambio climático (…). Pone en riesgo 80.000 acres de bosque diariamente, alimenta el 15 % de las emisiones globales de carbono, rompe la confianza con nuestros socios globales y daña nuestra credibilidad en los compromisos climáticos»,
(Texto: Javier Albisu | EUROEFE EURACTIV)
O acabamos con las políticas sectarias o ellas acaban con nosotros.
Paremos esta locura.