Para el enólogo, la añada 2014 ha estado marcada por una excelente maduración fenólica, sin embargo, ha sido atípica tanto en la evolución de la planta como en vendimia. Las uvas entraron en la bodega en un estado sanitario óptimo pero con una diferencia más acusada que otros años entre las distintas parcelas y suelos, lo que dota de mayor complejidad al vino.

     El trabajo respetuoso en el viñedo, siempre tratado con productos naturales; la simbiosis con la diversidad del medio para prevenir las plagas; una vinificación parcelaria ateniendo a los diferentes terroirs y la apuesta por la fermentación con levaduras salvajes hacen de Menade un vino redondo y con un gran potencial.

     La producción de Menade 2014 es muy similar a su antecesora puesto que se buscan rendimientos controlados con el fin de obtener mayor calidad. En cada cosecha, Menade refleja las características climatológicas del año, que dota al vino de una personalidad diferente, con la intención de elaborar vinos lo más naturales posibles que hablen de la variedad verdejo, del suelo y su entorno.

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