Elaborado con una selección muy cuidada de la variedad Tinta de Toro de cepas con más de 100 años de antigüedad, procedente de diferentes tipos de suelos, desde arenisco, arcillosos o calizos, Bajoz Vino Museo, se ha sometido a un proceso de vinificación tradicional y esmerado, empezando por la recogida de la uva y hasta su embotellado.
Meses antes de la vendimia se inicia un exhaustivo control de calidad para seleccionar las mejores parcelas, producciones bajas, estado perfecto del fruto y, sobre todo el saber hacer de viticultores expertos, los cuales permiten tener las mejores uvas para elaborar una pieza de coleccionista. Las parcelas son de una producción nunca superior a 2.000 kilos por hectárea y con unas condiciones de sanidad y vigor óptimas para poder madurar la uva de forma única.
La vendimia se realiza cuidando al máximo el fruto, preservando la calidad de la uva en cajas de quince kilos y trasladándolas inmediatamente a la bodega para que la uva llegue recién cortada preservando la mejor calidad posible del fruto a la temperatura perfecta.
La elaboración de este vino se dirige para alcanzar la máxima extracción con un perfecto equilibrio entre los taninos y la fruta. Su paso por barricas de roble francés de Allier y americano durante 12 meses le otorga finura y distinción y sutiles notas a madera.
De color cereza oscuro, con matices violáceos, en nariz se expresa como un vino concentrado que recuerda a confitura de ciruelas muy bien integrada con notas a madera nueva y a tostados ligeros. En la copa mejora con el paso del tiempo y da a conocer aromas a repostería con vainilla, cacao, caramelo, especias y cítricos.
En el paso de boca es concentrado, estructurado y equilibrado. En vía retronasal vuelve a aparecer la fruta madura y los sutiles toques a roble y frutos secos. Tiene un postgusto largo, persistente y agradable, que invita a degustar otra copa para seguir disfrutando de este espléndido vino.