Aunque el sector se lo temía, Azucara ha comunicado este martes 4 la reducción de precio de la remolacha en torno a 6,5 euros por tonelada, lo que representa una rebaja del 20% respecto a los 32,5 euros de precio total medio comprometido por la compañía azucarera, y del 15,5% respecto a lo que venía cobrando el cultivador si se suma el valor de la producción más el de las ayudas asociadas al cultivo (para rendimientos de 100 toneladas de remolacha tipo por hectárea). De esta forma, rompe unilateralmente un acuerdo vigente firmado en 2015 por cinco años y que aceptaron las cuatro organizaciones agrarias firmantes (ASAJA, UPA, COAG y Confederación Remolachera).
La medida no ha gustado nada al sector, que se ha reunido este martes con la emrpesa. Azucarera justifica la rebaja de precios en la caída de las cotizaciones del azúcar en los mercados europeos y mundiales, y consecuencia de ello en la caída de los beneficios en la cuenta de resultados de la compañía, pero desde ASAJA se recuerda que «el acuerdo vigente era a cinco años, y que en este periodo la compañía ha tenido ejercicios con beneficios muy generosos, como fue el penúltimo, en el que ganó 28,9 millones de euros. Además, la reducción del precio de las materias primas no es la única fórmula para equilibrar el balance de una compañía como es Azucarera».
En este sentido, destaca que «las empresas serias que invierten en la agroalimentación no lo hacen pensando en recoger grandes beneficios en cortos plazos de tiempo, y lo razonable sería esperar un tiempo para ver la evolución de los mercados internacionales, muy volátiles. Al menos, una gran compañía debería demostrar la misma responsabilidad que han demostrado los propios cultivadores, que han cumplido con sus compromisos de siembra aun cuando las condiciones climáticas sido muy difíciles en estos últimos años».
Asimismo, se asume que esta medida que rompe el acuerdo vigente va a tener consecuencias directas en la reducción de la superficie de siembra de remolacha, además de menoscabar la renta de los productores que continúen con el cultivo, y que supondrá la pérdida de puestos de trabajo directos e indirectos relacionados con el sector remolachero y azucarero.
Pese a todo, ASAJA seguirá apostando por el cultivo de la remolacha. «Si tras esta lamentable decisión todavía queda la posibilidad de que se mantenga el cultivo y las fábricas en el futuro, la principal organización agraria de Castilla y León se ofrece a Azucarera y a la cooperativa ACOR a negociar un nuevo Acuerdo Marco Interprofesional que dé estabilidad y rentabilidad a los cultivadores, y a pedir a las administraciones públicas que continúen con los apoyos actuales».