El secretario general de COAG, Miguel Padilla, ha lanzado «un aviso para navegantes, ya que no vamos a tolerar que ningún eslabón de la cadena agroalimentaria especule con esta situación y utilice de manera injustificada los aranceles para presionar a la baja los precios pagados en el campo».

Para la organización agraria, la guerra comercial iniciada por Trump «es un despropósito sin sentido que no va a beneficiar a nadie, empezando por los propios consumidores de EE.UU, a la vez que supone una auténtica revolución para la Organización Mundial del Comercio (OMC)».

Obviamente, Padilla reconoce que los aranceles del 20% para los productos de la UE «van a afectar directa e indirectamente a nuestros agricultores, especialmente a los productores de vino y aceite de oliva, cuyas exportaciones suponen en torno a los 1.000 millones de euros anuales al mercado estadounidense».

«POR LO TANTO, HAY PREOCUPACIÓN POR LA INCERTIDUMBRE GENERADA PERO NO PODEMOS MAGNIFICAR LOS EFECTOS»

En ese sentido, reclama a la UE y al gobierno español firmeza para desplegar todas las herramientas diplomáticas a su alcance y normalizar cuanto antes las relaciones comerciales entre Europa y EEUU.

Pero paralelamente hace un aviso para navegantes: «no vamos a tolerar que ningún eslabón de la cadena agroalimentaria especule con esta situación y utilice de manera injustificada los aranceles para presionar a la baja los precios pagados en el campo».

En este sentido, pide un ejercicio de realismo y responsabilidad. Para COAG, el perfil del consumidor americano de aceite de oliva y vino español tiene poder adquisitivo suficiente para absorber el impacto de los aranceles. Además, valora la calidad y las propiedades saludables de nuestro aceite por encima del precio. En 2024, con niveles de precios altos en aceite de oliva, España ha ganado un 4% de cuota de mercado al aceite italiano en EEUU. «Por lo tanto, hay preocupación por la incertidumbre generada pero no podemos magnificar los efectos», asegura Miguel Padilla.

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