Entre esas acciones conviene subrayar la carta que el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha remitido al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, exponiéndole la gravedad del problema y solicitándole que asuma la defensa de los intereses del sector ante Montoro y el conjunto del Gobierno. Es más, Aguado advierte que “se trata de una línea roja que no se puede traspasar y si el Ejecutivo lo hace tendrá una respuesta contundente de los agricultores en la calle”.
Las causas por las que una supresión del sistema de módulos tendría una repercusión "tan traumática para la agricultura pueden sintetizarse en el perfil que presentan la mayor parte de las explotaciones agrarias, sobre todo en el caso de la Comunitat Valenciana: estructura empresarial muy reducida, gestión a cargo de agricultores muy envejecidos en su mayoría e índices de rentabilidad o muy ajustados o abiertamente negativos", según indica en su comunicado la organización agraria.
“Aplicar en el sector agrario un cambio tributario del actual sistema de módulos al método general de estimación objetiva sería una barbaridad –advierte el presidente de AVA-ASAJA-. En la práctica, en el día a día de este sector, resulta completamente inviable que el titular de una pequeña explotación pueda convertirse de la noche a la mañana en un gerente especializado en contabilidad y fiscalidad. Precisamente, el objetivo de los módulos es simplificar ese tipo de tareas a empresas que tienen unas limitaciones y unas características de funcionamiento muy concretas”.
Puede provocar el abandono de las tierras de cultivo
La primera consecuencia de ese cambio en el modelo de tributación, que con toda seguridad dispararía el trabajo meramente burocrático en la explotación e incrementaría a su vez los gastos derivados de la gestión," sería el abandono de tierras de cultivo". Cristóbal Aguado señala al respecto que “si el Ministerio de Hacienda no tiene en cuenta la realidad agraria y suprime un sistema de fiscalidad acorde precisamente con esa realidad, serán muchas las explotaciones que cierren ante la imposibilidad material de gestionarlas debidamente tras la imposición de ese nuevo modelo, de tal manera que el abandono de suelo agrario volverá a dispararse y no es este un tema como para ir jugando, porque el año pasado, y por desgracia, la Comunitat Valenciana, fue donde más tierras de cultivo dejaron de cultivarse de toda España”.
Añade el presidente de AVA-ASAJA que si lo que pretende el Gobierno con esta medida es combatir la economía sumergida “se equivoca también, y se equivoca porque la presencia de la economía sumergida en el sector es meramente anecdótica. Baste recordar que los operadores comerciales que compran la cosecha al agricultor exigen factura porque así pueden recuperar el IVA”.