La inversión necesaria para adaptarse a la propuesta europea de bienestar animal propuesta por la Comisión Europea asciende a 1.838 millones de euros en el sector avícola de carne, una cantidad «que nadie va a aportar», según la interprofesional sectorial, Avianza.

El secretario general de esta asociación, Jordi Montfort, ha criticado este martes 17 la propuesta de Bruselas de modificar la normativa de bienestar animal a partir de un análisis de impacto en el que «los productores no han sido escuchados».

«Los productores somos los primeros interesados en que los animales estén bien», ha afirmado en un mensajes a los medios Montfort.

El representante ha sostenido que los estudios aportados en la propuesta europea de bienestar animal «carecen de un rigor técnico de campo» frente a las garantías que ofrecen las granjas de aves actualmente en España, donde «se cumple (la normativa) y se certifican» las buenas prácticas.

Avianza ha destacado que la intención de reducir en un 30% la superficie útil de las granjas hará que solo queden 3.592 granjas de las casi 5.000 que existen actualmente.

ESTOS CAMBIOS PROPUESTOS IMPLICARÁN QUE EL NEGOCIO FAMILIAR DE LAS GRANJAS DEJE DE SER SOSTENIBLE

«Para poder compensar el mercado del pollo que se consume hoy habría que construir un 73% más de naves; se necesitará una inversión de 1.838 millones de euros que nadie va a aportar», ha afirmado el secretario general.

A su juicio, esos cambios propuestos implicarán que el negocio familiar de las granjas deje de ser sostenible y se fije menos población en el medio rural porque «no habrá granjeros», ya que con la futura normativa «las próximas generaciones no estarán dispuestas a atender una granja de aves» debido al aumento de los costes de producción y de la burocracia.

Al igual que ha denunciado la organización agraria COAG, el responsable de Avianza ha asegurado que el precio de un alimento «tan rico y saludable» como el pollo se multiplicará y pasará a ser un «producto de lujo», por lo que la población en riesgo de pobreza no podrá permitirse comer al menos dos veces por semana esta proteína de origen animal.