La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y la Unión de Pequeños Agricultores (UPA-PV) reclaman a la Comisión Europea que prorrogue el uso del glifosato, el herbicida más empleado en el mundo, por un período de otros 15 años, que es el tiempo máximo que establece la legislación actual antes de proceder a una nueva revisión y análisis de las sustancias activas que se emplean en la agricultura para seguir permitiendo su manejo y aplicación por parte de los agricultores.
La petición de ambas organizaciones agrarias se dirige concretamente al Standing Committe on Plants, Animals, Food and Feed (SCoPAFF), el organismo dependiente de la Comisión Europea que tiene la última palabra en este tipo de decisiones y cuya intención, de acuerdo con las informaciones a las que ha tenido acceso el sector, es limitar a sólo 10 años la autorización del glifosato en lugar de renovar su uso durante ese período máximo de 15 años que contempla la ley.
Critican la actitud sorprendente de la COAG de la Comunitat Valenciana
En este sentido, AVA-ASAJA y la UPA-PV recuerdan a la SCoPAFF que los principales organismos científicos de la Unión Europea (UE), esto es, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) «ya han avalado con sus informes que el glifosato cumple todos y cada uno de los criterios de seguridad e idoneidad que son preceptivos en estos casos» y han sugerido por ello la conveniencia de prorrogar su empleo durante otros 15 años.
Al hilo precisamente de esta última cuestión ambas organizaciones considera preciso señalar que «resulta sorprendente como poco la actitud exhibida por la organización agraria COAG de la Comunitat Valenciana al adherirse a un manifiesto contra el uso del glifosato. La posición de la COAG choca frontalmente con la del resto de entidades del sector y su alineamiento con ciertas tesis radicales y acientíficas que atentan contra el interés general del sector resulta difícil de entender».
Asimismo, insisten en que «son muchas y muy poderosas las razones que respaldan la petición de prorrogar durante el máximo período de tiempo permitido por la ley el empleo del referido herbicida», puesto que no en vano el glifosato es el herbicida más utilizado en la lucha contra las malas hierbas sin que se disponga a fecha de hoy de ninguna alternativa mínimamente solvente. En consecuencia, la mencionada sustancia es «un aliado insustituible para los agricultores y una herramienta fundamental para acabar con la maleza, impedir la erosión del suelo y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero».
Por último, insisten en que también hay que tener en cuenta que cualquier limitación en el manejo del glifosato por parte de la Comisión Europea dejaría a los agricultores comunitarios en «una posición de clara desventaja competitiva respecto a los productores de otras zonas del mundo donde su empleo sí está autorizado, con el inconveniente añadido de que después de usar la sustancia en cuestión venderán sus producciones en Europa».