EFE .- El país también lidera en solitario en Europa en cuanto a superficie destinada a la agricultura y ganadería biológicas, con el 19,4 por ciento del total, mientras que el 16,2 por ciento de las explotaciones son catalogadas como orgánicas, según datos oficiales.

La demanda de estos productos ha crecido un 22 por ciento en 2010, y en algunos de ellos, como huevos y carne de aves de corral, los pedidos han avanzado a un ritmo enorme.

Los productos más demandados son patatas, leche y yogures, seguidos de otros como fruta, pan, cereales y zumos, aunque la oferta se va ampliando poco a poco.

Entre los productos importados, por lo general frutas y verduras, España es el tercer país que más productos ecológicos vende a Austria, solo por detrás de Alemania e Italia.

El aumento de las ventas se produjo a pesar de que los productos biológicos son entre un 10 y un 30% más caros, porque dominar las plagas sin el uso de pesticidas es más caro y la producción por hectárea es menor que los tradicionales.

"Soy de los que piensa que los productos biológicos siempre serán más caros porque simplemente es más costoso producirlos", explicó a Efe Ralph Liebing, uno de los mayores expertos en el análisis del mercado ecológico austríaco.

La agricultura orgánica o ecológica utiliza sólo recursos naturales, sin emplear productos químicos u organismos modificados genéticamente, lo que no sólo es más respetuoso con el medio ambiente sino que produce alimentos que en muchos casos saben mejor.

Y, precisamente, estas son las razones que llevan a muchos consumidores a gastarse hasta ocho euros por un kilo de espárragos orgánicos, comparado con los tres o cuatro euros que valen los "normales".

"Los compradores están dispuestos a gastarse el dinero porque invierten en salud", explica a Efe Roland Gotzer, un vendedor de un puesto de verdura biológica en un mercado céntrico de Viena.

"El sabor de los productos biológicos es mucho mejor. El caso más claro es la carne. Un filete de cerdo de un animal alimentado con pasto en libertad es incomparablemente mejor", agrega.

El consumo de este tipo de productos es mayor cuanto mayor es la formación del consumidor, según un reciente estudio de una institución estatal austríaca, que alega que la mayor motivación es el "deseo de una alimentación saludable".

"Es una cuestión de calidad, los consumidores están dispuestos a pagar más por un producto que consideran mejor", explica Liebing, que considera que también pesa la mayor concienciación ambiental.

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