EHNE-Nafarroa considera que ha llegado el momento de que el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra adopte medidas que lleven a solucionar la desmesurada población de buitres leonados en nuestro territorio, lo que ha llevado a que esta especie haya cambiado sus hábitos naturales como aves carroñeros, pasando a una actitud más agresiva que conlleva ataques habituales sobre el ganado.

La imagen que ha aportado uno de nuestros afiliados ganaderos  desgraciadamente «ya no puede considerarse una excepción, ni una rara curiosidad. Más bien al contrario, la presencia de buitres en cuadras y corralizas durante la época de parición, sin que les intimide lo más mínimo la proximidad humana, se ha convertido en una situación corriente con la que tienen que lidiar nuestros pastores», asegura el sindicato agrario vasco.

Lo cierto es que esta especie, habitualmente temerosa y precavida, está variando sus costumbres hasta el punto de convertirse en peligrosa para la tradicional labor de crianza del ganado, obligando a muchos ganaderos a estabular casi de forma permanente a sus animales en la época de parición.

Este sindicato ya trasladó hace escasos días esta circunstancia al Director General de Medio Ambiente, Pablo Muñoz, quien reconoció la existencia de dicha problemática, aunque sin que se aportase solución alguna al respecto, más allá de la referencia a una serie de ayudas económicas en caso de ataque. Unas compensaciones que, para ser recibidas, necesitan un informe por parte de veterinarios que certifiquen que el ataque ha sido ante mortem, lo cual muchas veces resulta difícil de comprobar, ya que el animal ya ha sido devorado, critican los pastores.

Por ello, EHNE-Nafarroa no solo insiste en la necesidad «de que se agilicen estas indemnizaciones en una época de especial importancia para la sostenibilidad de las explotaciones ganaderas, sino que también exige la toma de decisiones eficaces que impidan que este tipo de situaciones se conviertan en algo cotidiano».

Desde el sindicato entienden que los carroñeros ejercen un papel fundamental en la cadena trófica y han convivido de manera histórica con el tradicional manejo de nuestros ganados, «pero consideramos que la masificación de las primeras es un problema que se viene alargando en el tiempo y que ya es momento de encarar, buscando soluciones consensuadas entre los organismos que gestionan su conservación y quienes vienen siendo afectados por sus ataques».

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