Según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en su Informe del Consumo Alimentario en España, el consumo de legumbres en los hogares españoles ha roto con la tendencia bajista de los últimos años y ha experimentado un crecimiento en el primer trimestre de 2017 del 2,6% interanual.

Esta subida que comenzó a manifestarse en 2016 pasando de los 3,06 kilogramos/año per cápita de 2015 a los 3,11, ha alcanzado los 3,15 en este primer trimestre, consolidando unos registros positivos para este componente fundamental de la dieta mediterránea.

No obstante, aún estamos muy lejos de las cifras de décadas pasadas, donde nos movíamos a principios de este siglo con consumos superiores a los 4 kg/apc; 7 kg/apc en los años 90; más de 8 kg/apc en los 80 y a años luz de los años 60, en los que las familias españolas incluían en su dieta casi 15 kilogramos por año de este pequeño tesoro nutricional.

Consumiendo legumbres con cereales en una misma comida se obtiene una excelente mezcla de proteínas

Precisamente desde este punto de vista nutricional, la importancia de sumar las legumbres a nuestra dieta, tal y como está sucediendo en todos los países occidentales, radica en su alto contenido en proteínas de carácter vegetal, hidratos de carbono, fibra (soluble e insoluble), minerales y vitaminas.

Su contenido en proteínas, es más alto que la carne, aunque de calidad un poco inferior, por lo que, consumiendo legumbres con cereales en una misma comida se obtiene una excelente mezcla de proteínas con buena cantidad de aminoácidos, comparable a la proteína animal.

Son ricas en minerales (calcio, hierro, fósforo, magnesio, potasio y zinc) y contienen vitamina B (tiamina, riboflavina, niacina, B6 y ácido fólico). Además, las legumbres, consumidas verdes contienen caroteno y ácido ascórbico, éste último también se encuentra en gran cantidad en las legumbres secas que se dejan germinar antes de consumirlas.

Recordemos que el pasado 2016 fue declarado Año Internacional de las Legumbres por la ONU, basándose este reconocimiento en 5 pilares clave:

–  Son ricas en nutrientes

–  Son accesibles económicamente y contribuyen a la Seguridad Alimentaria en todos los niveles.

–  Aportan importantes beneficios para la salud.

–  Fomentan la agricultura sostenible y contribuyen a la mitigación y a la adaptación al Cambio Climático.

–  Promueven la biodiversidad.

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