EFE.- Las organizaciones agrarias han advertido, en un comunicado, de que el riesgo de incendios aumenta por el estado de abandono que presentan linderas, cunetas, márgenes de arroyos y ríos, donde se amontona la maleza.

Al respecto, ha argumentado que las quemas de rastrojos controladas reducirían notablemente este riesgo, ya que es una práctica que se ha llevado a cabo tradicionalmente y se ha demostrado que había menos incendios que ahora que está prohibida.

UPA ha considerado además que el ganado no puede consumir el exceso de paja y los agricultores no pueden asumir los costes que conlleva la eliminación.

Por ello, entienden que si no se autoriza la quema de rastrojos, muchas parcelas quedaran abandonadas, con la consiguiente pérdida económica y de empleo, además de propiciar la propagación de plagas, como la de topillos sufrida en 2007, o de incendios.

Además, ASAJA ha lamentado que se apunte hacia los agricultores y ganaderos como los principales causantes de incendios, cuando son los profesionales que mejor defienden el medio ambiente y el campo.

Por último, ASAJA ha criticado que las restricciones sean demasiado estrictas, ya que la quema de pastos y rastrojos es una actividad incompatible con la percepción de fondos de la PAC, lo que impide la quema controlada en todo tipo de explotaciones, incluso cuando está aconsejado por motivos sanitarios.

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