Asaja Cuenca .- La Organización considera que los ganaderos, tras un trabajo muy laborioso, ponen en el mercado una fibra de extraordinaria calidad sin obtener beneficios, mientras que las prendas fabricadas con lana alcanzan precios muy elevados para el consumidor.
En esta línea, Caja destaca que actualmente esta actividad sólo corresponde a una “necesidad higiénica” de los propios animales y que para desarrollar esta labor, o bien se contrata mano de obra o bien se recurre de familiares y amigos pero que, sin duda, ambas opciones generan pérdidas en el productor, puesto que el dinero que perciben tras la entrega de la lana no cubre de ningún modo los gastos que se generan.
Además, los ganaderos han trasladado a la Organización su asombro ante la paradoja de esta situación, en la que los representantes de las administraciones insisten en sus intervenciones públicas en la necesidad de un “desarrollo sostenible” a través del aprovechamiento de los recursos renovables y, sin embargo, tal y como argumenta Vicente Caja, “dejan en el más absoluto desamparo a los profesionales ganaderos cuyas ovejas producen, año tras año, una materia prima de una calidad excelente que no tiene precio, literalmente”.
ASAJA de Cuenca considera que los beneficios medioambientales de la producción de la lana son más que evidentes, ya que se gasta mucha menos energía en la producción de fibra de lana que en la de cualquier otra fibra sintética, por citar un ejemplo.
En conclusión, ASAJA de Cuenca destaca la incoherencia que supone en el discurso “sostenible” de las administraciones, darle la espalda a una actividad que produce una materia prima de calidad, ecológica y biodegradable, que genera beneficios al medioambiente, que sostiene y fija a las poblaciones de los núcleos rurales y que tienen un importante valor cultural y tradicional.