Sin embargo, la magnitud de los daños excede con mucho la capacidad económica de agricultores y ganaderos, que se muestran impotentes para acometer ellos solos una tarea que claramente les supera. Pese a ello, la Administración no ha dado ningún apoyo económico ni logístico.

   Por ello, los responsables de la organización creen que "la situación para los meses venideros es de extrema gravedad. Los árboles y las ramas que continúan desparramados por las dehesas, las pilas de leña y los restos de poda constituyen un grave peligro de incendios ante la llegada del verano y del calor y  convierten a la Sierra Norte en un auténtico polvorín que amenaza con salir ardiendo en cuanto una chispa prenda en las sucias y abandonadas cunetas".

   Ante "la pasividad y la nula respuesta que muestran frente a este problema la Junta de Andalucía y el Gobierno de España", ASAJA-Sevilla presentará en los próximos días al Comité Internacional de las Reservas de la Biosfera de la UNESCO un pormenorizado informe en el que se valoran los daños provocados por esta catástrofe en las dehesas de la sierra Norte de Sevilla, se exponen las actuaciones llevadas a cabo en solitario por los propietarios de las fincas afectadas para limpiar la zona y prevenir los incendios y se detallan las medidas planteadas por ASAJA-Sevilla a la administración para paliar los daños de la catástrofe y regenerar la zona.

   Tal como el presidente de ASAJA-Sevilla, Ricardo Serra, ha manifestado en su comparecencia ante la prensa “la magnitud del desastre exige que el Gobierno andaluz elabore un plan de regeneración productiva de la zona afectada, no es de recibo que los responsables medioambientales de Andalucía sólo den la cara a la hora de recoger premios y medallas, ante una catástrofe como esta los responsables políticos deben estar también a la altura y poner los medios para solucionarla, máxime en una zona de especial protección como es el Parque Natural Sierra Norte de Sevilla”.

Obligaciones de las administraciones

   En esta misma línea el secretario general de ASAJA-Sevilla, Eduardo Martín, ha instado a la administración a plantear "una discriminación positiva hacia los agricultores y ganaderos que tienen sus explotaciones en zonas en las que a las limitaciones naturales se les suman las exigencias superiores que conlleva el desarrollo de una actividad económica en un espacio natural protegido. La menor productividad y los mayores gastos deben compensarse de manera ordinaria, pero además en este caso concreto, la administración debe articular medidas excepcionales para hacer frente a unos daños que son también muy excepcionales".

   Eduardo Martín ha recordado también que el propio marco estatutario de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera recoge en su artículo 3  el compromiso medioambiental que contraen las administraciones con estos espacios y que se concreta en la obligación de “contribuir a la conservación de los paisajes, los ecosistemas, las especies y la variación genética”.

   Por último, y tal y como expresaron los delegados de ASAJA-Sevilla en los diez municipios afectados por la nevada, la catalogación de un Parque Natural y de una Reserva Mundial de la Biosfera debe tornarse en un mayor beneficio para el medio ambiente y para los propietarios de la zona, sin embargo, la realidad es bien distinta.

    Ante las actuaciones de las distintas Administraciones más bien parece que estos “espacios protegidos” se protegen de los propietarios, en lugar de que sean las Administraciones las que amparen a los propietarios que desarrollan su actividad en estos espacios. Ante calimidades y situaciones desastrosas como las que nos ocupa parece olvidarse que son precisamente estos propietarios los que contribuyen de una manera muy destacada al mantenimiento y a la conservación de estos espacios protegidos.

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