EFE.- En un comunicado, la organización agraria ha explicado que el incremento de producción previsto en el conjunto de los cereales no superará el 10 % por causas como el granizo, los encharcamientos en algunas zonas y el destino a heno de un porcentaje importante de la superficie sembrada en algunas comunidades autónomas.

Ha precisado que, aunque la superficie total de cereales de invierno no sufre modificaciones sustanciales, sí se estima un incremento de la superficie de maíz de en torno al 7 %.

Además, prevé ligeros incrementos de la superficie de trigo blando, fundamentalmente en Castilla y León y Castilla-La Mancha, mientras que en el caso del trigo duro, la siembra permanece casi inalterada respecto a la pasada campaña.

En cuanto a producciones, del volumen total esperado, 8,5 millones de toneladas, corresponden a cebada (+5 % respecto a la campaña anterior); 5 millones, a trigo blando (+4 %); 1 millón, a trigo duro (+5 %); 1,5 millones, a otros cereales (+2 %); y 3,5 millones, a maíz (+8 %).

Asaja ha recordado que España es un país tradicionalmente deficitario en cereales y que esta campaña necesitaría por encima de 7 millones de toneladas para cubrir sus necesidades.

Respecto al mercado internacional, ha precisado que las previsiones del Consejo Internacional de Cereales y del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos coinciden en ligeros incrementos de la producción, aunque no llegan a compensar las estimaciones de consumo.

De esta manera, ambos organismos cifran la producción mundial en 1.803 millones de toneladas y el consumo, en 1.812 millones de toneladas.

A estos datos, según la organización, hay que añadir la continua revisión a la baja de las estimaciones de producción, debido a la "grave" sequía que padecen países productores como Francia, Polonia, Alemania e Inglaterra, así como el anuncio de Rusia de adelantar la apertura de fronteras para la exportación de cereal, lo que añade "mayor incertidumbre".

Para Asaja, todos estos hechos, junto con unos stocks que se acercan a los mínimos históricos tanto a nivel mundial como europeo, explican las tensiones del mercado y confirman las "buenas" perspectivas para los cerealistas.

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