EFE.- La plaga se constata por el elevado número de toperas presentes en los campos, así como por los montones de tierra que los topillos dejan al excavar sus madrigueras, recuerda el sindicato en un comunicado.
La incidencia de esta plaga es muy importante en productos como la alfalfa, al ser atacadas las raíces de la planta, disminuyendo los años de cultivo y, por tanto, la rentabilidad de la explotación.
Valero Casasnovas, agricultor y socio de este sindicato, explica que a lo largo de febrero y enero se observa cómo parcelas de alfalfa "se iban cubriendo con montones de tierra e iban apareciendo cada día nuevas toperas" y advierte que si esto sigue así "se puede ver seriamente afectada la rentabilidad de algunas de estas parcelas".
El problema se puede ver agravado si los roedores atacan también a la instalación de riego ya que, según Casasnovas, el automatismo del riego por aspersión funciona gracias a unos pequeños tubos de plástico a través de los cuales circula el agua que manda abrir y cerrar las válvulas de los sectores de riego.
"Si los topillos se ceban a roer estos microtubos nos pueden ocasionar graves y costosas averías, además de retrasos a la hora de comenzar a regar", insiste.