Y mientras dentro del PP se barajan nombres, fechas, alternativas e incluso asombro, ya que este domingo arrancó oficialmente la precampaña electoral de cara a las eleciones europeas de mayo con la única presencia del vicesecretario general de Estudios y Programas del Partido Popular, Esteban González  Pons, un nombre que suena como posible miembro de la lista pero nunca como candidato, en el mundo agrario lo que preocupa es quién sucederá a Arias Cañete al frente del Ministerio.

    Lógicamente, aunque nadie hable oficialmente, hay opiniones para todos los gustos, pero la gran mayoría del las OPAs asumen que prefieren una alternativa de continuidad, pese a las críticas que han partido de muchas de estas organizaciones a la política del ministro, que a la llegada de un relevo inesperado, más de corte político que pueda encontrar una salida a su situación política futura.

Mejor una política de continuidad que un cambio político

    En privado, distintas fuentes apuestan por Isabel García Tejerina, actual Secretaria General de Agricultura y Alimentación para ocupar este cargo, no sólo porque ha sido la mano derecha de Arias Cañete, sino que ha tenido un papel muy importante dentro de la negociación de la PAC en Europa y conoce perfectamente todo lo que se viene haciendo dentro del Magrama.

    Aunque hay quien quiere algún cambio, sobre todo algunas comunidades como Castilla y león o Andalucía, que se consideran ‘perjudicadas’ por la labor de Arias Cañete, en la Norma del Jamón y el reparto de los fondos de Desarrollo Rural, respectivamente, lo cierto es que el sector prefiere seguir por la senda marcada, "sobre todo porque no va a venir alguien a cambiar la filosofía no de Arias Cañete, sino del propio PP", como  han señalado desde una organización agraria.

    En cualquier caso, todo es consciente de que una cosa son las quinielas o incluso los deseos y otra la decisión final que adopte Mariano Rajoy, que es el que tiene la última palabra y el que decidirá el quién, el cuándo y el porqué. Aunque todo hace indicar que, pase lo que pase, la decisión y el anuncio es cuestión de horas o de escasos días.

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