Según Cristóbal Picón, la producción por planta ha descendido, en muchos casos, un 50%, pasando de los 350 gramos de fresa del año pasado a los 150 gramos actuales, en términos medios. Asimismo, la meteorología no sólo habría afectado a la cantidad sino también a los costes de producción y recolección y, por tanto, a la rentabilidad de los agricultores.
“Esta coyuntura hace más improbable que, de cara a Semana Santa, nos encontremos con acumulación de producto, como viene sucediendo en años anteriores, debido a la paralización del comercio durante esos días”. En opinión del presidente sectorial, si se diera esa situación, sería necesario evitar el envío al mercado de fresa en fresco.