Ante el inicio este jueves 27 de la campaña de quema de rastrojos, la organización Asaja ha pedido a la administración que mejore y rectifique la campaña para futuras convocatorias por los problemas que ha causado el retraso en la publicación de la normativa que, a su juicio, ha impedido al agricultor planificar correctamente las labores.
De hechom cree que las expectativas creadas en el sector ante la recuperación, al menos parcial, de esta práctica agronómica, «se han frenado desde que apareció la normativa, que limita enormemente las condiciones, y especialmente las áreas permitidas».
“Sabemos que hay prejuicios por parte de la sociedad y políticos, pero tienen que atenerse a criterios probados y a resultados”
La recuperación de las quemas controladas, práctica interrumpida durante años, es fruto de un enorme esfuerzo de reivindicación de las organizaciones profesionales agrarias. Durante muchos años el sector ha reclamado la recuperación de las quemas, como método eficaz y sostenible de frenar plagas y evitar el consumo desmedido de productos químicos para su control.
“Tras muchos años de reivindicación y muchas puertas cerradas, hemos logrado que se abra una puerta, gracias a la receptividad de la Junta, y en especial del departamento de Medio Ambiente. Sin embargo, el planteamiento de la normativa no es satisfactorio para nuestros agricultores, y muchos hoy ven la botella medio vacía. Desde ASAJA, pedimos a la administración que se siga profundizando en este tema importantístimo para la gestión agronómica de las explotaciones, en un momento en el que en toda Europa preocupa la amenaza de las plagas y todos deseamos un sistema sostenible de control fitosanitario”, asegura la organización.
También pide ASAJA que la administración tome nota y rectifique para futuras convocatorias sobre los problemas que ha causado el retraso en la publicación de la normativa de la campaña de quema de rastrojos, que ha impedido al agricultor planificar correctamente las labores. Este año, la falta de agua en un otoño muy complicado para el campo está retrasando la sementera, pero en otras circunstancias a estas alturas buena parte de la superficie estaría ya sembrada. Por ello, ASAJA pide que la Junta facilite en lo posible estos días las quemas de rastrojo, para que se pueda agilizar la labor, ya muy retrasada.
ASAJA está convencida de la eficacia de la campaña de quema de rastrojos como práctica agronómica más económica, completa y sostenible para lograr un campo limpio y libre de plagas cada vez más resistentes a cualquier tratamiento. “Sabemos que hay prejuicios por parte de la sociedad y también de una parte del poder político en contra de las quemas, pero la administración tiene que atenerse a criterios probados y a resultados”.
ASAJA entiende que esta primera campaña “no va a satisfacer a ninguna de las partes, pero es un punto de partida fundamental para ir modificando el sistema para que se consolide como una buena práctica satisfactoria para el agricultor y positiva también para el medio ambiente”.
Condiciones para una campaña de quema de rastrojhos que irá de entre el 27 de octubre y el 1 de diciembre
Las solicitudes para quemas de rastrojos con motivo fitosanitario en superficies de cereales se están presentado desde el pasado 19 de octubre. La administración ha marcado las zonas en las que pueden efectuarse, así como un calendario con las jornadas concretas en que se podrá quemar en cada zona, que se abre mañana, 27 de octubre, y termina el próximo 1 de diciembre. Para rastrojo de maíz en regadío, se fija la segunda quincena de febrero, en todas las zonas.
Para poder realizar estas quemas hace falta cursar una solicitud previa, al menos seis días antes. Todas estas restricciones, la tardanza en la aparición de la normativa, la inclusión como monte de superficies agrícolas, y el hecho de que amplias zonas, como las ZEPA, hayan quedado excluidas, han decepcionado a muchos agricultores.
ASAJA está asesorando a los interesados en presentar solicitud, ya que es muy importante cumplir los requisitos para evitar posibles sanciones.