En el caso del tramo del Cinca catalán y el del Segre hasta la ciudad de Lleida hay establecidos una treintena de puntos de vertido en los cuales se distribuyen un millar de litros de BTI.
Las fumigaciones que se vienen efectuando en los últimos años contra la mosca negra han reducido ostensiblemente su afectación entre la población.
Así, las picaduras de este insecto han disminuido en un 90% respecto de los años en los que no se hacía el tratamiento.
El tratamiento puede llegar a eliminar hasta un 95 % el número de larvas del río, y son factores determinantes las condiciones meteorológicas, el caudal del río, la mayor o menor presencia de algas y la temperatura del agua.
La erradicación absoluta de la mosca negra es, sin embargo, prácticamente imposible, por lo que el objetivo de los tratamientos es mantener la afectación de la plaga en unos niveles tolerables sobre las personas de las zonas afectadas.