La previsión es que se certifiquen un millón de kilos, mientras que el año pasado sólo fueron 560.000 kilos debido a las citadas inclemencias meteorológicas. Por eso este año todos los ojos están puestos en el cielo hasta que quede recolectada toda la cosecha.
Aunque el trabajo de recogida en el campo es duro ya que se hace de forma manual, lo que verdaderamente le da su seña de identidad al Pimiento del Piquillo de Lodosa con DO es su proceso de elaboración, totalmente artesano y manual, tanto el pelado, como el embotado.
Once empresas conserveras están inscritas en la DO y otra está en trámites. Son numerosos los controles realizados por el Consejo Regulador para garantizar el origen del producto, que tiene que ser del municipio de Lodosa, Andosilla, Azagra, Cárcar, Lerín, Mendavia, San Adrián o Sartaguda, así como que el proceso de elaboración cumple todas las normas establecidas en la DO.
Tras ser limpiadas las impurezas, este manjar se asa con llama directa, para posteriormente ser pelado de uno en uno manualmente y sin que se utilice agua ni ninguna solución química.
La contraetiqueta de la denominación, garantía de calidad
Asimismo,desde esta Denominción se recuerda que en los lineales de los supermercados se pueden encontrar botes de distintas marcas, pero sólo una contraetiqueta garantiza que el pimiento que se está comprando tiene la garantía de la DO.
Por eso es importante que los consumidores se aseguren de que cuando se compra Pimiento del Piquillo de Lodosa el envase contiene tres características fundamentales e imprescindibles: El logotipo de la denominación; una contraetiqueta numerada proporcionada por el Consejo Regulador y que el nombre del producto incluye la palabra “LODOSA”.